El baloncesto acapara las Fiestas

En tiempos no tan lejanos, desde los años 60 hasta primeros de siglo, el baloncesto aprovechaba estas fechas para celebrar el Torneo de Navidad, que organizaba el Real Madrid con el soporte oficial de la FIBA. Era una forma de promocionar este deporte en una época vacacional para los niños, y también para los padres. Una visión de Raimundo Saporta que dio buen resultado. En el presente sería impensable montar algo así, porque el básquet ya exhibe una oferta amplia, incluso demasiado amplia. Según nos informaba hace unos días Juan Jiménez, entre la Euroliga y la ACB sumarán 59 partidos durante las Fiestas. Eso sin añadir la NBA, que no sólo no para, sino que programa algunos de sus grandes duelos en días señalados. En Navidad se jugaron cinco partidos, entre ellos el estelar Warriors-Cavaliers.

Kevin Durant contra LeBron James es, en el baloncesto actual, algo así como un Messi-Cristiano Ronaldo en fútbol, rodeados por otras figuras que incluyen a Calderón con los Cavs, en su aspiración de convertirse en el segundo español que gana un anillo. La costumbre navideña de la liga americana arrancó en 1947 y se ha mantenido. Es la misma fórmula de aquel torneo del Madrid: acercar la canasta a la gente en jornadas festivas. Con ese objetivo, la iniciativa es buena. El problema es que, en la Euroliga, suena también a la ocupación de fechas sin control. En el horizonte asoma una ampliación de equipos que cargará un poco más el ya cargado calendario. Si hay que terminar en mayo, no quedará otra que doblar jornadas semanalmente y morder el espacio a las ligas nacionales. Esa es la ruta voraz de la Euroliga.