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Ese indirecto en el Las Palmas-Betis...

El Las Palmas-Betis nos ofreció en sus primeros minutos una imagen que para muchos aficionados habrá sido nueva: un indirecto dentro del área. Por alguna razón misteriosa, los árbitros de todo el mundo han venido desistiendo de ese castigo desde hace mucho. O penalti, o nada. Pero el Reglamento señala unas faltas graves (tiro directo, dentro del área, penalti) y otras leves (tiro indirecto). Tiempo atrás se conocía la diferencia, ahora se desconoce. Por ejemplo: en el Eibar-Espanyol, Undiano hizo penalti de un indirecto, y hace dos semanas Borbalán dejó en nada la patada de Lucas Hernández a Sergio Ramos.

Lo de Las Palmas fue distinto, fue una cesión que Adán recogió, equivocadamente, y eso permitió que volviéramos a ver un indirecto en el área. Y en su mejor versión, con el saque a menos de 9,15 de la línea de gol, con lo que todos los defensores deben colocarse detrás de ella, y sólo el portero sobre ella. Una imagen rara y espectacular. Rara vez acaba en gol esa jugada, pero tiene una singular carga de emoción y es la manera justa y reglamentaria de sancionar cierto tipo de faltas. Ésta se pitó porque es relativamente nueva: el portero recogió una cesión. Pasa poco, pero esta vez sirvió para que recuperáramos una imagen olvidada.

Hay más, que el hábito colectivo de los árbitros ha ido abandonando. Por ejemplo, es el bote neutral, que tenía su gracia, devenido en regalo del balón a quien previamente se decide; o la cama, que casi nunca se pita, y es cosa seria; o la obstaculización más o menos discreta al portero que va a sacar, casi sistemáticamente ignorada. Alguna más hay, no me extiendo. Como esto va por modas, espero que ahora que recuperamos el libre indirecto en el área recuperemos otras. El Reglamento merece mayor respeto. A ver si esa imagen que vimos en Las Palmas anima a muchos a superar no sé qué tabú que les ha sujetado durante años.