El COI, la AMA, Rusia y el dopaje
Desde el 1 de noviembre, los comunicados del COI han ido cayendo en el buzón con las resoluciones de la comisión disciplinaria de Denis Oswald. Hasta ocho comunicados para un total de 27 deportistas rusos suspendidos de Sochi 2014. El famoso Informe McLaren ya concluyó que hubo un dopaje sistemático de Rusia en aquellos Juegos Olímpicos de Invierno de los que fue anfitriona. Como se acercan los siguientes, en Pyeongchang a partir del 9 de febrero, el COI tendrá que tomar una decisión sobre la participación de este país este martes, en Lausana, a las 19:30. El Ejecutivo se enfrenta a un difícil dilema, como ya ocurrió en vísperas de Río 2016. Entonces el tiempo se echó encima y se dejó la suspensión en manos de las federaciones internacionales, que resolvieron de forma muy dispar.
En noviembre, además de la lluvia de sanciones, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha mantenido la sanción a la agencia rusa (Rusada), igual que la IAAF en el Atletismo. Conviene recordar que la relación AMA-COI se deterioró mucho con este caso antes de Río. La Agencia presionaba para lograr una suspensión, mientras que el órgano olímpico responsabilizaba a la AMA de haber provocado esta situación por no haber hecho bien su trabajo. Al fondo también se adivinan dos frentes olímpicos: el anglosajón contra el oficial. El escenario ha cambiado poco. Rusia, una potencia mundial, ve maniobras políticas tras el lío. Y en lo deportivo, las federaciones internacionales de invierno se muestran reticentes a aceptar y universalizar las sanciones de Sochi, que golpean a sus deportes en plena temporada.