Y Fran Vázquez hizo de Pau Gasol

La Selección de baloncesto, compuesta con los retales que Sergio Scariolo ha encontrado fuera de la NBA y de la Euroliga, dio este viernes una enorme lección con su victoria ante Montenegro en la primera Ventana de la FIBA, tan polémica y tan absurda. Estos jugadores, que equivaldrían al equipo C, confirmaron que lo mejor del deporte siempre son los deportistas, la mayoría de las veces por encima de sus dirigentes. Esta mezcla de veteranos y jóvenes que se ha improvisado para la ocasión compitió con intensidad, con orgullo, con concentración… Hemos descubierto a emergentes valores como Paulí, Saiz, Vicedo… Hemos rescatado a ilustres veteranos como Vázquez, Vidal, Oliver… Hemos ratificado que Colom podría competir siempre en estas filas… Y hemos recordado por qué Rabaseda y Fernández fueron tan prometedores.

 Por momentos nos olvidamos de que en la pista no estaban los Gasol y compañía. Es más, por momentos, Fran Vázquez hizo de Pau Gasol. Permítanme la exageración. La situación inicial era de angustia, porque una derrota suponía el primer ladrillo para quedarnos fuera del Mundial y los Juegos. Recordemos que, a la misma hora, el Real Madrid jugaba con el Panathinaikos. Un despropósito. El baloncesto ha dado una imagen lamentable por el empecinamiento de la FIBA de invadir otros calendarios, y por la tozudez de la Euroliga de no acceder a una solución provisional. Lo más triste es que aún escucho a aficionados contentos con el lío: “Así aprende la FIBA”. Cuando en realidad, aquí ni ha perdido la FIBA, ni ha ganado la Euroliga. Ha sido una derrota del baloncesto. Y sólo se han salvado, como siempre, los deportistas.