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Al Madrid le cuesta ganar en el Bernabéu

Buen entrenador Pochettino. No es que se haya descubierto eso anoche, pero fue una ratificación. Plantó bien el equipo, sorprendió con sus dos delanteros y su Tottenham pasó por el Bernabéu dejando un aroma de equipo solvente. Ayer recordamos en Carrusel que de los últimos veintiún jugadores que han debutado en la selección inglesa, diecisiete salieron de las plantillas de Pochettino, la del Southampton y la del Tottenham. Entrenador con el que crecen los jugadores, pues. Ayer todos ellos dieron una buena versión de sí mismos, desde Lloris hasta Llorente. Y se llevaron con justicia un empate que deja preocupado al Madrid.

Y no es que el Madrid estuviera mal, aunque tampoco bien, salvo en el arranque del segundo tiempo. En general, Cristiano y Benzema quedaron demasiado encerrados en el área y el caudal permanente de juego moría sin llegar a ellos con la frecuencia debida. Aun así, Cristiano metió un remate al palo y le sacó una gran parada a Lloris. A Benzema se le fue un gol clamoroso. Pero si Lloris estuvo bien, mejor estuvo Keylor, que hizo tres paradas tremendas. El Tottenham salió bien con bastante frecuencia, casi siempre por el lado de Marcelo, aún bajo de forma y con frecuencia desasistido de apoyo. Esa brecha fue permanente.

Se echó en falta esta vez la magia de los artistas de la compañía. Ni Benzema ni Isco frotaron la lámpara, ni tampoco Asensio el poco rato que estuvo sobre el campo. Tampoco Marcelo hizo el daño arriba de sus grandes días, también en esa faceta se notó que tiene aún muy cerca la lesión. Todo se resolvió con un autogol de Varane en jugada en la que Kane estaba adelantado (vaya ello por un penalti de Casemiro a Llorente que Marciniak no vio) y con un penalti inobjetable a Kroos, que Cristiano transformó con su seguridad habitual. No se ha roto nada, pero de repente es difícil verle al Madrid ganar en el Bernabéu y eso es bien extraño.