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Messi aparca bien. Buena frase

Es difícil hacer frases nuevas y felices en el fútbol, de tan gastado como lo tenemos, pero de vez en cuando todavía aparece una. Esta de ‘Messi aparca bien’ no se la debemos ni a Menotti ni a Valdano, los dos más brillantes que conozco en esta materia, sino a Mendilibar, que no es un locuaz argentino, sino un vasco lacónico. Una manera perfecta de glosar lo que está haciendo Messi: se ausenta del juego, deposita su físico en algún lugar del campo y cuando se activa o es gol o tiro al palo. Sabe dónde aparcar para salir con ventaja cuando decide conectarse de nuevo. La consecuencia es su frecuencia goleadora.

Parecería que Messi es capaz de escribir una página nueva de su ‘futbolmaquia’ cada equis tiempo. Que no es jugador que haya cerrado nunca su versión definitiva, sino que investiga el fútbol, se investiga a sí mismo y va añadiendo nuevas ocurrencias o prestaciones. Aparece poco, pero lleva nueve goles en cinco partidos, y no sé cuántos tiros al palo. Como Cristiano no se ha estrenado, por la sanción y porque le faltó tino ante el Betis, tengo la impresión de que esta Liga ya tiene su ‘Pichichi’, y eso que aún estamos en septiembre. ¿Cómo podría Cristiano remontarle nueve goles? Es como darle tres vueltas de ventaja a Hamilton en un Gran Premio.

Ese ritmo goleador de Messi es el verdadero problema del Madrid, que se ha atascado justamente en eso. De repente, le cuesta hacer goles en el Bernabéu: 67 remates en tres partidos para sólo tres goles. Ya sé que hay quien piensa que pedir goles a delanteros refleja un talante ordinario, pero ya ven, Messi los mete y no le desmerecen. Con un golito de Benzema al Valencia (falló un puñado), otro de Bale al Levante, y uno de Cristiano, que no es mucho pedir, al Betis, el Madrid estaría a sólo dos puntos del Barça. Tres golitos que serían cinco puntos. Pero hablar de goles el día que se renueva a Benzema es una ordinariez. Y mucho más acordarse de Morata.