De Mireia a Carolina
Los años postolímpicos no dan tregua en los deportes menos mediáticos. La reválida llega enseguida y bajarse del carro es peligroso. España se trajo 17 medallas de Río, siete de oro. Y de estas, cuatro tuvieron nombre de mujer y un apellido ‘pionera’. Mireia Belmonte, primera campeona olímpica de natación. Ruth Beitia, de atletismo. Maialen Chourraut, de piragüismo. Y Carolina Marín, de bádminton. La nadadora demostró en Budapest que con ella no va lo de racionarse: oro mundial (el hito que le faltaba) y dos platas. La saltadora fue última en la final de Londres, e insinuó su retirada. Ha cumplido 38 años y no se le puede pedir más. Maialen ha padecido vértigos que le han mermado. Fue séptima en el Europeo y a finales de septiembre tiene Mundial en Pau. Ya ganó una plata y un bronce, y quiere ser oro.
Y queda Carolina. Este sábado hizo un año de su grito en Río. Desde el lunes afronta en Glasgow un Mundial que ya ganó en 2014 y 2015. Va a por el hat-trick. En un deporte extraño para España, puede lograr algo inédito: un tres en raya. Cuatro chinas han conseguido sumar dos títulos, tres de ellas de forma consecutiva. Pero nadie ha puesto su nombre en el palmarés tres veces seguidas. “Tras el oro de Río fue como una depresión postparto. O buscas nuevos retos o te mueres de asco”, contaba hace unos días Fernando Rivas tras un entrenamiento tremendo en la Blume. Su técnico le ha buscado otro reto: convertirse en la mejor de la historia. Y ella lo ha aceptado. Así que un año después de Río, han dado una vuelta de tuerca a la preparación. Carolina anuncia más emociones. Merece nuestra atención.