Bronca de Neymar la víspera del Clásico
Las peleas entre jugadores en los entrenamientos se han dado siempre, y con más frecuencia de lo que se piensa. Sólo que no siempre salen a relucir. No es raro: el fútbol provoca contactos, fricciones, y pueden darse situaciones de irritación. Pero las chispas saltan con más facilidad en determinadas circunstancias: cuando hay antipatía previa entre dos jugadores, cuando hay nerviosismo general en la plantilla, o cuando un jugador está pasando una crisis personal. Éste ha de ser el caso de Neymar. No puede tener nada contra el recién llegado Semedo, que se apartó prudentemente. En la plantilla no hay tensión. Es él quien la lleva dentro.
Su ira se ha difundido en imágenes y no queda en buen lugar. Refleja que algo tiene dentro. Este chico tan alegre en su juego y que resiste con flema las patadas que le pegan en desquite por sus malabarismos, persiguió a Semedo tras retirarse éste, fue sujetado por Busquets y se marchó tirando el peto y pegando patadas a lo que encontrara. Habla de un chico en tensión, es fácil de pensar porque espera que se solucione su futuro inmediato. Un pie en el Barça y otro en el PSG, que busca la fórmula para sortear el ‘fair play financiero’ y hacerse con su ficha. Mientras eso llega, él se entrena con aquellos a los que ha decidido abandonar. Está inquieto.
Esto llega la víspera del Clásico de Miami, esta madrugada, a las dos, en la Cuatro, que lo repetirá mañana a las 11:50. Todo hora de Madrid. ¿Jugará? Ha jugado los dos partidos previos del Barça, y muy bien, sobre todo ante la Juve. El Barça llega con dos victorias, y el Madrid, con un empate afeado en los penaltis y una derrota de peso. Ambos necesitan ganar. El Barça está huero de buenas noticias y con Neymar a punto de salir. El Madrid va muy mal en un torneo del que es campeón. Le conviene contar ya con Sergio Ramos, sin el que la defensa, falta ya de Pepe, blandea. Como telón de fondo, la Supercopa, los días 13 y16.