Diarra y la filosofía del Athletic
Cuando yo era un chaval, el Athletic le ganó una final de Copa al Real Madrid de Di Stéfano con once vizcaínos. ‘Once Aldeanos’ ganaron al campeón de Europa, al que en el País Vasco ya llamaban ‘La Legión Extranjera’, por su inclinación a traer foráneos. En ese Madrid jugó, por lesión de Gento, Pereda. Se había hecho futbolista en el Balmaseda y en el Indauchu, pero el Athletic rehusó ficharle porque había nacido en Medina de Pomar. Su fichaje por el Madrid había producido gran polémica en Bilbao. En el Madrid no cuajó, pero luego fue figura del Barça y ganó la Eurocopa del 64. En la final contra la URSS marcó un gol y dio el otro.
Hoy Pereda no tendría problemas para jugar en el Athletic. Ya se admiten jugadores formados en clubes de Vizcaya, y también de fuera de Vizcaya, convenidos como clubes nodriza, como es el caso del Chantrea, de Pamplona. Y no sólo de las provincias vascas y Navarra, sino de un impreciso ámbito ‘pelotazari’, que incluye La Rioja, el este de Cantabria y el norte de Burgos. El criterio se ha ido haciendo más laxo con los años. En su día, el hermano mayor de Sarabia, Lázaro, que despuntó en el Gallarta, fue rechazado por el Athletic cuando le iba a fichar porque había nacido en Torres, Jaén. Manu Sarabia sí fue admitido, porque ya nació vasco.
En el Athletic han jugado unos cuantos futbolistas no vascos (Lizarazu lo era, era vasco francés) por interpretación más o menos laxa de un principio no escrito. Alguna vez se ha forzado mucho, por ejemplo en los casos de Laporte y Saborit, traídos de otras latitudes a completar su formación en clubes convenidos cuando ya eran futbolistas. Ahora, con Diarra, se da el mismo caso más: malí, llegó a con ocho años a Lleida, donde empezó a jugar. Luego fue a Pamplona, jugó en el Ardoi juvenil y de ahí le fichó hace un año el Chantrea, club convenido con el Athletic, así que ya vale Un gran cambio desde los años de Pereda. O de los de Sarabia.