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Asensio es oro molido

Cuatro millones de euros fue el precio que pagó el Real Madrid por Marco Asensio. De esto hace dos años, cuando el chico no había cumplido 19 años, pero estaba más que curtido en el Mallorca y en los rigores de la Segunda División. No era un desconocido. De juvenil había acudido a la mayoría de las grandes citas de la selección. El Barça quería contratarle. El Athletic siguió sus pasos con atención. Los técnicos no tenían dudas de su talento. En el Mallorca tenía que resolver las cosas que suelen ser asunto de veteranos. Siempre pareció un jugador responsable. Ahora es más que responsable: Asensio es un jugador importante en el Real Madrid.

Asensio es el cuarto jugador del equipo que menos minutos ha disputado. Sólo supera a Mariano (72 minutos) y Coentrao (22). El portero Rubén Yañez y el joven lateral Achraf no han participado todavía en la Liga. Parecería contradictorio atribuir alguna importancia a un futbolista con una presencia escasa en el Real Madrid, uno de los equipos más jerarquizados del mundo. Sin embargo, Asensio añade una virtud relevante a sus numerosas cualidades como jugador. Mientras la mayoría de los jugadores se resignan a su condición de suplentes, Asensio aprovecha cada partido como si fuera el último de su vida. Tiene ambición, maneras y temple.

Es raro un partido donde Asensio pase inadvertido. Arrancó muy bien cuando las bajas de Cristiano y Benzema permitieron el ingreso de los jóvenes. Funcionó de maravilla en los dos partidos de Copa frente al Sevilla, donde dejó para el recuerdo una de las mejores jugadas del año. Aquel carrerón, cerrado con una definición perfecta, le define como futbolista. Pocos en el fútbol español conducen mejor y con más rapidez la pelota. No hay manera de atraparle cuando se pone en marcha.

Frente al Leganés repitió su acción favorita en el primer gol del Real Madrid. Luego añadió otra nota distintiva de su juego: el pase final. Es muy difícil conducir a tanta velocidad y medir el pase decisivo. La mayoría de los jugadores llegan a esas situaciones con la cabeza embotada por la fatiga y la obligación de tomar la decisión correcta. Son acciones que suelen resolverse con un centro, el viejo a ver qué pasa. Marco Asensio no tira centros. Conduce y calibra el pase. Elige, en definitiva. Y eso son palabras mayores en un futbolista tan joven.

Disponer de dos grandes cualidades significa una excelente garantía para cualquier jugador. En realidad, hay futbolistas de gran renombre que tienen muchos menos recursos que el joven Asensio. Se acaba de retirar Podolski, el zurdo alemán que también se distinguía por su potente conducción y una poderosa pegada a la pelota. Fuera de eso, era un jugador limitado, unidimensional. Jugó más de 100 partidos con la selección alemana.

Asensio ofrece numerosos registros: juega por los dos costados, en la media punta se desenvuelve francamente bien, entiende bien el juego ---toma decisiones sencillas pero eficaces cuando se encuentra en problemas---, tiene recorrido, es fino en el remate de media distancia y sabe aparecer en el área pequeña para rebañar las jugadas. Sabemos todas estas cualidades porque las ha demostrado en los menos de 700 minutos que ha jugado en esta Liga. No ha desperdiciado un partido. Todos le han servido para reforzar su prestigio y para situarle como un pequeño favorito de la hinchada madridista.