James y la vida después del Madrid
Tan fuerte como contundente: Zidane nunca creyó en James. Desistió del colombiano desde su llegada al banquillo del Madrid y basado en los resultados tampoco le hizo falta. Sobre el estilo puede discutirse, pero los títulos y su andar en los diferentes torneos dieron cuenta de que a la zurda del 10 le bastaban pocos minutos en partidos no siempre clase A. El francés consolidó un guión siempre políticamente correcto (que también le funcionó con Isco) para referirse al jugador.
James fue víctima de un sistema de juego que no le convenía, de competir por la titular en una plantilla con figuras inamovibles y de sus malas decisiones durante su adaptación al mundo Real Madrid. Los rumores de indisciplina marcaron las dos temporadas siguientes a la partida de Ancelotti. El ruido externo coincidió con su salida del once y lo que vino después. La verdadera vitrina de un futbolista está en el campo, en los minutos jugados; no en el tamaño su foto en un anuncio en Gran Vía.
Hay vida después del Madrid, pero el compromiso del jugador con el proyecto del club al que se integre será fundamental para refrendar su calidad en la élite. Necesita recuperar su valor de mercado con protagonismo y personalidad en el campo. Su rol en otro equipo de Europa le caerá muy bien a la Selección Colombia que camina en la cuerda floja por un cupo a Rusia. James tiene talento de sobra, su futuro será tan brillante como se lo proponga.