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Derechazo con la izquierda

Nadal golpea la bola con la izquierda, gana el tanto y el locutor dice: “Qué gran derecha de Rafa”.

¿Derecha? ¡Si tenía la raqueta en la izquierda!

En inglés, una misma palabra sirve en tenis para el derechazo y para el zurdazo: “drive” (“golpe directo”, “golpe fuerte”; pero también equivale, según el contexto, a “impeler”, “conducir”, “paseo”, “impulso”...).

Los comentaristas de tenis quieren quizás que en español suceda lo mismo que en aquel idioma con drive, y reducen a un solo vocablo el derechazo de un diestro y el izquierdazo de un zurdo.

Sin embargo, en inglés cuentan para “derecha” y “derechazo” con los términos right y forehand o forehand drive (frente a backhand o revés). En la formación de estas palabras inglesas intervienen los conceptos de delante (fore) y detrás (back), en función de la parte de la raqueta que se muestra al golpear la bola. En español, en cambio, los conceptos base son “izquierda” y “derecha”; y “derechazo” sólo puede corresponder, diccionario en mano, a un golpe que se propina con el brazo, el pie, el puño o la mano derechos. (En la tauromaquia no se precisa golpe para que se vean derechazos, sino el movimiento de la muleta).

Las mismas definiciones corresponden a “zurdazo” pero atribuibles a la mano, el brazo, el puño o el pie izquierdos. (Y en este caso no se ha previsto que “zurdazo” se aplique a la lidia, puesto que los pases con la izquierda se denominan “izquierdazos” o “naturales”. Y se llaman “naturales” porque se considera lo normal que un diestro, sea torero o no, tome la espada con la derecha y la muleta con la izquierda).

Esta expresión de arraigo taurino, el natural, puede servir precisamente para designar los golpes que los tenistas propinan con la palma hacia adelante. Porque el golpe más natural en tenis consiste en golpear la pelota con la parte interior del antebrazo mostrada hacia el frente. De ese modo, se entendería bien que se hablara de golpes naturales de Nadal (zurdo) y golpes naturales de Djokovic (diestro), lo cual facilitaría las comparaciones: “Nadal dio hoy mejores golpes naturales que el serbio pero éste le superó con el revés”.

Se suele decir de un ignorante: “No sabe ni dónde tiene la mano derecha”. Pues bien, ciertos comentaristas de tenis corren el riesgo de que cualquier malintencionado establezca esa relación cuando les oiga elogiar un “derechazo” de Nadal.