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Colombia gana la temporada americana

Atlético Nacional. En diciembre, Independiente de Santa Fé levantaba la Copa Sudamericana tras una agónica definición por penaltis después de un doble 0-0 ante Huracán. Siete meses después, ayer, otro equipo colombiano, el Atlético Nacional de Medellín (que se juntará en Japón con el Madrid en el Mundial de Clubes), redondeó o superó la gesta con la conquista de la Copa Libertadores. La segunda de su historia, tras la alcanzada en 1989 bajo la batuta de Pacho Maturana, en los años en los que Pablo Escobar sembraba de terror su tierra y la sombra del narcotráfico planeaba también sobre el fútbol. Un premio esta vez más que justo, arropado del mejor juego que se ha visto por el continente durante 2016 (balón al piso, triangulaciones al primer toque y máxima velocidad). La temporada de clubes encumbra a Colombia con un doblete histórico.

Borja. Un caso insólito de bicampeón. No era de los principales, pero en esa final de diciembre de la Sudamericana en Santa Fé estaba Miguel Ángel Borja. Y ayer, tras un convincente paso lleno de goles por el Cortuluá (19 en un semestre), el mismo jugador se proclamó campeón de la Libertadores con Nacional. Una contratación de última hora para la disputa de las semifinales, que acaparó anotando los cuatro tantos que mandaron a la lona al Sao Paulo. Y en la final fue igualmente su bota la que firmó la hazaña. Un remate seco a un balón que escupió el poste fue todo lo que contó el marcador del Atanasio Girardot. Cuatro partidos y cinco goles. Un título mayor y el premio al mejor jugador de la final. Y la frase que se aprendió para escapar de las balas desde su infancia (“cuando uno se lo merece, Dios se manifiesta”) fue repetida a la que el micrófono se le puso por delante. Un apóstol del gol.

Marlos Moreno. La porción del campeón de la Libertadores que disfrutará la Liga española tiene 19 años, se llama Marlos Moreno y es un extremo de los de antes, que encara, regatea y se va, que corre y que dispara, que vuelve a encarar. Lo fichó el City por 11 millones de euros en cuanto oteó su proyección y decidió cedérselo al Deportivo para que se foguee. Riazor saboreará durante la Liga 2016-17 un futbolista extraordinario. Y con corazón, como insinuaron las lágrimas emocionantes que no pudo contener al declarar por la corona. Deja muy joven su casa, el equipo de su ciudad, pero tras ayudar a ponerlo en lo más alto.

Reinaldo Rueda. El nombre ya se lo había ganado como seleccionador. Lo fue de Colombia (en todas las categorías), también de Honduras (la metió en el Mundial 2010) y hasta hace unos cuantos meses de Ecuador (lo clasificó en el Mundial 2014). Pero hace apenas un año se animó a tomar las riendas de un club y ya es campeón de la Libertadores. Un intermedio fugaz al mando del Atlético Nacional en el que ha cumplido con su fama de formador de jugadores, armado un equipo ambicioso y convincente y respetado la estética y el buen gusto. Un paseo triunfal pero breve, porque Paraguay está decidido a convertirlo ahora en su nuevo seleccionador. Tiene 59 años y una pizarra de lo más interesante.