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Clásico mejor que derbi

Las palabras clásico y derbi salen a relucir cada vez que se produce uno de los tradicionales encuentros entre el Barcelona y el Real Madrid.

Algunos periodistas llaman “el derbi” a estos encuentros (antes más que ahora), incurriendo en falta de rigor.

La palabra derbi (hasta hace poco derby) procede del topónimo Derby, una ciudad inglesa donde arraigó hace siglos la tradición de que en el martes de Carnaval se disputaran partidos callejeros de un primitivo fútbol entre distintos gremios de la localidad (artesanos, zapateros, carpinteros…). De ahí se empezó a nombrar “un derby” a los encuentros entre equipos de la misma ciudad. Por tanto, el Barcelona-Real Madrid no es un derbi, y tampoco el Getafe-Rayo Vallecano.

La voz derby nombra también las carreras en las que participan caballos de tres años que corren, todos, con el mismo peso. En este caso, la expresión parece proceder de que el primer ejemplar que ganó ese tipo de pruebas (una yegua llamada Bridget) era propiedad del VII lord de esa ciudad, lord Derby (siglo XVIII). (Otras versiones indican que el nombre se eligió a suertes entre los dos principales propietarios de cuadras y le tocó de igual manera al afortunado dueño de la yegua ganadora el año anterior).

Así que el sustantivo derbi (ya con la i que acuñó la Academia y que permite formar mejor el plural, derbis) se puede aplicar a un partido entre rivales del mismo lugar y a una carrera para caballos de tres años que lleven el mismo peso.

Por su lado, el término clásico es de reciente difusión en España para este particular cometido, y tengo para mí que se la debemos a Alfredo Relaño. En puridad, la palabra clásico designa (diccionario en mano) lo que se tiene por modelo de imitación en cualquier arte o ciencia; o, como le he oído al propio director de este diario, lo que lleva mucho tiempo siendo bueno.

El término clásico se venía usando en Argentina para los partidos River-Boca (los dos grandes rivales históricos de aquel campeonato), a los que, por cierto, cabría haber llamado derbis, igual que al clásico Colo Colo-Universidad Católica, en Chile, pues se trata de clubes de la misma ciudad. Y desde allá saltó el Atlántico, de la mano de este periódico, para sustituir a la indebida voz derbi en los enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona. Ambos equipos se han cruzado irremisiblemente en todas las ediciones del campeonato, y eso hace “clásicos” sus partidos, aunque en ese caso se encuentre también el Athletic (el otro club que jamás bajó a Segunda).

La histórica rivalidad por la Liga ha centrado el vocablo Clásico en los equipos de las dos grandes capitales españolas, pero el Athletic es un clásico en sí mismo, y no necesita que nadie se le ponga al lado para evocar tal palabra.