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Gorka Villar firma un polémico ‘perdonazo’ de las sanciones

Reducción. La nueva era de la CONMEBOL arranca como la vieja. Con una decisión polémica que tiene al continente patas arriba. Un perdonazo masivo (reducción a la mitad de los castigos pendientes de los jugadores y a una tercera parte los de los clubes) de aplicación inmediata que tuvo como prinicipal beneficiado a Boca Juniors: su pena por los incidentes en el Superclásico del año pasado, cuando en su cruce de la Libertadores un hincha le aplicó gas pimienta a los jugadores de River, fue rebajada drásticamente. La sanción inicial, cuatro partidos a puerta cerrada como local y cuatro de visitante sin hinchas, quedó reducida a dos dos fechas (uno en casa y otro fuera). La disposición trajo consecuencias inmediatas: uno de los integrantes del tribunal de disciplina que sentenció inicialmente a Boca, el uruguayo Adrián Leiza, presentó su renuncia. El comunicado de la discordia para anunciar las medidas de gracia lleva la firma de un español, Gorka Villar, el hijo del presidente de la RFEF e insólito director general de la CONMEBOL. Un ejecutivo que fue acusado de extorsión por ocho clubes uruguayos encabezados por Peñarol a propósito de la venta a la baja de los derechos televisivos de la Copa Libertadores. No se acaban los incendios en el fútbol sudamericano.

Estudiantes-Gimnasia. Un partido que no espera perdón, sino castigo. Otro encuentro amistoso de pretemporada que acabó mal en Argentina. Ocurrió el domingo en la noche. El clásico de la Plata terminó a puñetazo limpio. Los jugadores de uno y otro equipo se enzarzaron en una brutal pelea tras la roja de Ascacibar. Ni el Barcelona-Athletic de la final de Copa con Maradona llegó a tanto. Las imágenes han dado la vuelta al mundo. Varios de sus protagonistas ya salieron a pedir disculpas por televisión, pero la AFA medita sanciones drásticas. Estudiantes, al que preside el mítico Verón, no ha esperado a conocerlas: anunció multas para los futbolistas involucrados y les asignó trabajos comunitarios.

Pizzi. Se le espera pasado mañana en Santiago. El exdelantero de Tenerife, Valencia, Barcelona, Villarreal y la Selección, el entrenador del Valencia previo a la era Lim, aterriza en Chile para darle continuidad a la triunfante y convulsionada era Sampaoli. O más bien para rescatarla. Otra vez un entrenador extranjero para ponerse al mando de una selección que no cree en sus paisanos. Más allá de Pellegrini, que no quiso el cargo, todos los intentos fueron foráneos. Bielsa y Berizzo, los principales, contestaron que no. Y a Pizzi, que dirigió en Santiago Morning y Católica y tiene a un chileno como ayudante, no le importó llegar como cuarto plato. Dejó México como un resorte y aceptó el desafío del campeón de América. Todos lo ven con buenos ojos. El viernes será presentado.