Arda Turan estropeó con la forma en la que se marchó el buen recuerdo que había dejado entre la afición rojiblanca en los cuatro años que jugó en el Atlético. Vaya por delante que muchos seguidores no terminan de entender que la mayoría de los futbolistas, sobre todo los extranjeros, no puedan sentir la camiseta de su equipo como lo hacen los propios hinchas, para los que su equipo es algo único y muchas veces lo más importante. Arda defendió la camiseta rojiblanca lo mejor que supo o pudo durante esos cuatro años pero luego entendió que el Barcelona suponía dar un paso adelante en su carrera deportiva. Tan sencillo como eso. El problema de Arda fueron las formas porque nunca fue de frente con la afición rojiblanca. Su traspaso al Barcelona fue en el último momento y enmascarándolo con un posible salto al fútbol inglés.
Hubiese podido salir en plan figura, pero eligió el peor camino. Años antes Agüero hizo algo parecido. Por eso la hinchada no siente nada especial por ellos, por eso hay que agradecer a gente como Gabi, Juanfran, Godín o Torres que antepongan esta camiseta por delante de todo. A Arda se le echa de menos futbolísticamente. Pero nada más. Simeone le hizo un jugador muy completo, capaz de atacar, pero también de defender. El turco cumple años mañana y ningún atlético soplará las velas por él. En el fondo le entendimos. En las formas, no. Ojalá que sus excompañeros le amarguen el día.