España, Inglaterra y el fútbol en Navidad

Esta vez tendremos fútbol a fin de año, al estilo inglés. La reclamación sindical de la AFE abortó en nuestro país el fútbol en las fechas puente entre un año y otro, que en mis primeros tiempos de aficionado no se respetaban. Sí se respetaban, si caían en fin de semana, Nochebuena y Navidad, y aún así se ocupaban en hechos excepcionales. El Madrid recibió en Navidad al Partizán en la primera Copa de Europa y el mismo día Barcelona estrenó Copa de Ferias ante el ‘Copenhague XI’. Durante años, el Barça solía hacer un amistoso matinal en Navidad. En Nochevieja, fiesta más pagana, se jugaba normalmente la Liga.

Ahora las apreturas del calendario nos devuelven partidos de Liga en las fechas de Fin de Año, cosa que celebro. El fútbol es una fiesta del pueblo, bien mirado la principal de todos, y eso de tomarse vacaciones cuando los demás las toman me parecía una licencia equivocada. Algo así como si los toreros se tomaran libre, todos, el 15 de Agosto, o como si los grupos musicales vacacionaran el verano entero, a espaldas de los bailes y las holganzas de los pueblos. Por desgracia, aquí el fútbol ha llegado a irse de órbita y con permiso de todos procedió a marcar su ritmo. Y ese ritmo incluía quince días vagos en Navidades.

Enfrente ha estado Inglaterra, donde hace más frío, hay nevadas (no sé si aquí volverá a haber alguna) y ya tantos jugadores forasteros añorantes de su tierra como aquí. Pero allí respetan una ley de bronce: el fútbol es la fiesta del pueblo. Por eso juegan en Navidades. Aunque nuestra proximidad les enñoñece, han quitado una jornada de Copa y hay jugadores que buscan tarjetas para escaquearse estos días, sigue habiendo tres jornadas de Liga y muchos niños que en estas fechas se estrenan en el ejercicio adulto de ir al estadio, con el abuelo, el padre o toda la familia. En fútbol, Inglaterra aún es nuestro referente.