Ella es el ‘fortius’ de los Juegos
Lydia Valentín personifica la vida del deportista olímpico. Para bien y para mal. De esos deportes minoritarios que sólo tienen una puerta por la que colarse cada cuatro años. En 2008 en Pekín se asomó al quicio (fue quinta), en Londres 2012 traspasó un poquito el rellano (cuarta). En Río 2016 es hora de tirar la puerta abajo y entrar en nuestras casas. España tiene medallas en todos los deportes de los Juegos menos tenis de mesa, pentatlón, bádminton (parece que ha llegado la hora con Carolina Marín) y halterofilia. El deporte de los hombres y las mujeres fuertes, la encarnación del fortius del lema olímpico, se escribe con nombre de mujer.
Lydia llegó al vivero de la Blume desde Ponferrada y desde ahí ha construido su impresionante carrera, en silencio. Como otra pionera. Ha conquistado ya cuatro medallas en Mundiales y 23 en Europeos. En la sala de pesas del CAR, la leonesa lee todos los días lemas como ‘No es suerte, es trabajo’. El que lleva haciendo ya 19 años, tragando sapos cuando salen noticias de dopaje de rivales asiáticas o del Este y pensando en que su día tiene que llegar. La chica capaz de elevar 274 kilos (su récord de España, 124 de arrancada y 150 en dos tiempos) está lista.