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Caprichos del destino

‘Tan solo tres podios’. Los 7.004 metros del circuito de Spa-Francorchamps siempre se le han atragantado de alguna manera a Fernando Alonso. Nunca ha logrado ganar en este rápido y mítico trazado en Fórmula 1, donde ha abandonado en cinco ocasiones y tan sólo atesora tres podios. Digo ‘tan sólo’ porque siempre se espera más de un piloto como él..

¿Mejor carrera? Evidentemente, este año no entraba en mis planes verle puntuar en Bélgica con un monoplaza que, como decía David Coulthard, parecía ir a cámara lenta por la recta de Kemmel. Pero tampoco esperaba sus declaraciones diciendo que ésta había sido su mejor carrera en Spa. Probablemente, Fernando lo sienta así. Seguramente, ha tenido que pelearse cada curva con ese coche que parece un potro (que no caballo) desbocado. Posiblemente cada adelantamiento que realizó a monoplazas de final de tabla le supo como rebasar al todopoderoso Mercedes de Hamilton. Y seguro que fue una de sus mejores salidas ganando ocho posiciones (de último a duodécimo). Pero para ser “su mejor carrera en Spa” falta un resultado que acompañe a tal halago.

El cambio. Escuchar eso de un piloto como Alonso me entristece. Él es uno de los grandes y debería estar luchando en la cabeza y no en la cola. A mí siempre me ha gustado ver a los mejores batirse en duelo. Y ya sé que si Alonso no está ahí es porque él tomó la decisión de abandonar un equipo como Ferrari precisamente porque no le bastaba con recoger las migajas de Hamilton y anteriormente de Vettel. Él quería el festín.

Dudas en Ferrari. Pero nunca imaginó el hambre que iba a pasar este año... Y para ser honestos, ninguno de nosotros lo hizo. A finales de 2014, el proyecto McLaren-Honda generaba la misma incertidumbre que continuar un año más en Ferrari. Creaba las mismas dudas que la decisión de Vettel de reemplazarle en la escudería italiana y que el anuncio de Hamilton en 2012 de dejar McLaren para irse a Mercedes (que no era lo que es ahora). Estos tres pilotos, que suman ocho títulos mundiales, necesitaban un cambio para volver a ser campeones y apostaron fuerte (al rojo uno de ellos y a diferentes tonalidades de gris los otros dos)..

La ruleta. Pero caprichos del destino, a algunos les salió bien, muy bien, y a otros mal, bastante mal. Es la suerte de la ruleta cuya bola parece no querer caer nunca en la casilla donde ha puesto todas sus fichas Alonso. Y en cambio Hamilton no para de hacer plenos y Vettel no puede quejarse después de cuatro años con el mejor coche de la parrilla y el Ferrari que se ha encontrado este año supera con creces sus expectativas. Seguro.

Perdemos todos. Quizás la bola caiga algún día en la casilla de McLaren-Honda, pero espero que no sea demasiado tarde para Fernando. Porque, lo cierto es que verle luchar con los Sauber y los Manor me entristece. El asturiano debería estar peleando, como siempre, junto a sus grandes rivales: Lewis y Sebastian. La Fórmula 1 ganaría. Porque ahora mismo no sólo pierde Fernando Alonso. Perdemos todos.