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El Atlético debe echar el resto

Por un jugador franquicia hay que perder la cabeza si es necesario. Y Koke lo es para el proyecto de futuro del Atlético. Si el club podía soportar hace un año la ficha de seis millones de euros netos que cobraba Diego Costa, puede ahora rascarse el bolsillo e igualar las mareantes ofertas que llegan y seguirán llegando de Inglaterra. El Cholo ha renovado su compromiso con la condición de mantener una plantilla que cada año pueda optar a ganar los tres títulos.

Vendiendo cada temporada a la estrella del equipo, eso no será posible. Los ajustes financieros no pueden durar toda la vida. La trampa del nuevo estadio, tampoco. Es el momento de dar un paso al frente y consolidar una idea que está en consonancia con la historia y el palmarés del club. Hay que romper la etiqueta de equipo vendedor que se ha ganado a pulso en las tres últimas décadas.

Para ello es necesario también contar con la complicidad de los jugadores. Y por ese lado Koke no es nada dudoso. En condiciones parecidas, siempre optará por seguir en la casa que le ha descubierto. Incluso ganando un poco menos no cambiará de residencia. Ni se ve en Londres ni bajo las órdenes de Mourinho. Aquí volvemos a la frase que tanto repite Cerezo de que los jugadores juegan donde quieren, por mucho dinero que se ponga encima de la mesa. La usa habitualmente para justificar traspasos. Pues bien, ahora se le puede volver en contra. Porque Koke quiere jugar en el Atlético. No hay la menor sospecha de que piense lo contrario. Porque, de otro modo, llevaría casi un año viviendo en Manchester. Estamos ante la figura de un jugador único, irrepetible, y eso merece un trato especial. Están a tiempo.