Miranda aseguró, antes del triunfo del Atlético en la pasada final copera, que su hijo le comentó que tenían que ganar al Real Madrid porque los demás niños se reían de él en el colegio. “No podemos permitir eso”, dijo el defensa antes de la final. El brasileño, a la postre decisivo en ese encuentro, se mostró entonces feliz por ese triunfo, no sólo por lo que significaba para él sino para todos los hinchas rojiblancos. Miranda entendió lo que significaría ese título para la afición del Manzanares. Esa noche de mayo muchos niños pudieron reír, sacar las banderas de su equipo e ir al colegio presumiendo de ser del Atlético.
Ha pasado tiempo, el Atlético ganó en Liga en el Bernabéu y perdió en Copa, pero por encima de todo el conjunto de Simeone ha recuperado la sensación de que es un rival que puede ganar a cualquiera. También perder. El balón decidirá luego, pero, a priori, todos saben que si el Madrid quiere sacar los tres puntos del Calderón tendrá que ir al máximo. El Atleti está vivo, muy vivo en Champions, y en Copa ha llegado a la antesala de la final. Y en Liga... El Atlético caería en la jornada cinco, luego en la diez, ya lo haría en la quince y posteriormente en la veinte. Se llevan jugadas veinticinco jornadas y la distancia entre el todopoderoso y millonario Real Madrid y el Atleti es... de tres puntos. Lo primordial es que el equipo rojiblanco está en el sitio de siempre. El colofón sería ganar al derbi. Miranda y los suyos lo harán por los niños... y por los mayores. Por esa afición que ya no se siente inferior a nadie.