Sección Pollos: 21 fieles que tomaron Granada
Son pocos pero nunca faltan; tampoco el domingo.
Salvo que ustedes sean numismáticos, entomólogos, detectives o pollos azulados necesitarán una lupa para descifrar la imagen. Permitan que ejerza de cristal de aumento. Lo que observan no es un grupo de feroces aficionados enjaulados, sino pacíficos miembros de la Peña Getafense Sección Pollos, nacida en 2007 después de la enésima reunión de sus fundadores en la Plaza de los Pollos, así conocida por la pollería que la da fuste y sabor.
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Veintiuno de sus miembros (de un total de 25, incluyan a dos polleros galeses) viajaron el pasado domingo a Granada; partieron a las 5:30 de la madrugada (el partido se jugaba al mediodía) y tras el conveniente tapeo regresaron a casa con la moral intacta y el bolsillo casi: pagaron 30 euros por la entrada y la mitad por el aperitivo (en Granada, tierra soñada, las cañas se acompañan de una suculenta tapa por gentileza del establecimiento).
La ubicación de los seguidores del Getafe en Los Cármenes señala la incongruencia de aislar a según qué aficiones. Cuesta imaginar a un grupo más inofensivo y familiar que estos pollos con cabeza. Pero olvidemos los prejuicios del fútbol y pensemos que Quique Pina les reservó un palco junto al córner. Hasta les puso un vigilante, nunca tan seguro como el domingo.
Los Pollos (llamados On Tour, cuando están de gira) son un ejemplo de fidelidad en una afición que no tiene problemas de calidad, sino de cantidad. Apenas una media de diez mil espectadores acudieron la pasada temporada al Coliseum. Para solucionarlo, el presidente Ángel Torres propone un nuevo estadio con 32.000 asientos, medida revolucionaria o simplemente absurda.
Tal vez baste con propagar el ejemplo de la Sección Pollos. Amigos que utilizan el fútbol como excusa. Gente animosa, comprometida, azulada. Y además, con alas.
