¿Y por qué no renovar a Diego Alves?

Y luego está el problema de la portería” fue una de las canciones del verano. ¿Qué problema? Yo siempre he visto dos soluciones deportivas o un portero y dinero (el que te den por la compra de uno u otro). Bendito problema. Hasta se ha llegado a asumir como normal que había que fichar un portero ¡peor! de los que hay para que no haga dura competencia al titular. No sé cómo es ese perfil de portero. ¿Uno que valga para una emergencia pero que le haga estar cómodo al titular? ¿Esto qué es fútbol profesional o el equipo de la oficina? Ha llegado agosto y los pájaros disparan a las escopetas. 

Alves se ha querido ir porque, con razón, se siente el patito feo para afición y prensa y así se comprobó en la presentación. Guaita habría querido irse al Barça, pero los culés no movieron ficha. Y Alves sólo ha podido irse cedido a la Fiorentina o a la Roma, pero lógicamente no le han dejado. Pero resulta que el elegido “deportivamente” para la titularidad fija y no rotativa es Alves, pero al que le ofrecen verbalmente la renovación es a Guaita, que está enfadado por su suplencia pero que ni este verano ni, de momento, trae ninguna oferta.