Con Higuaín rumbo a Nápoles y Benzema permanentemente en la parra, Morata llama a la puerta de Ancelotti para que el italiano sepa desde el principio que tiene otra opción muy válida con gol en la plantilla. El tanto de penalti es lo de menos, pero un ratito le bastó al chaval para demostrar que continúa con hambre y dispuesto a convertirse en una alternativa real. Físicamente ha dado un salto cualitativo muy importante. Se le ve más fino y perfilado que nunca y la Bota de Oro en el Europeo le ha dado muchísima confianza en sus posibilidades.

Es evidente que Benzema parte de inicio con ventaja, pero si el francés sigue con ese aire distraído, dejado e indolente, Morata aprovechará su momento porque se ha ganado el derecho a ser considerado importante en la plantilla y no el chaval que se entrena con los mayores, pero al que el traje le queda grande. Morata ha crecido hasta convertirse en un delantero-gol válido para el nuevo Madrid.