Se ha desatado el estado de euforia. La  hinchada atlética no se raja como el equipo hizo el sábado ante el Real Madrid y está convencida de que está Copa es suya. Los aficionados saben que cuando el Atlético lleva la etiqueta de víctima hace las grandes machadas, como sucedió en sus dos últimas finales europeas ante Athletic y Chelsea. Incluso en un domingo como el de ayer, duro por lo que había pasado en el Calderón, los aficionados  proclamaban su condición  de colchoneros.

Con esta gente se puede ir al fin del mundo. Son los únicos que están hartos del fantasma blanco y solamente piensan en seguir sumando títulos como ha sucedido en los últimos tres años. Ha sido la mejor marca que ha tenido la ciudad de Madrid en Europa. Ahora ya cada uno hace sus quinielas y muchos las tienen claras:  si Falcao y Diego Costa no fallan, no asustan ni Cristiano Ronaldo ni Mourinho. Y en el Bernabéu se darán un homenaje. El Atleti se crece en la adversidad