Bucarest, la cita que todo cambió
Bucarest, 9 de mayo de 2012, final de la Europa League. Ese día el Atlético hizo algo más que festejar un nuevo título europeo. Sin proponérselo, los de Simeone borraron del mapa al Athletic de Bielsa, al equipo que se había metido en el bolsillo a medio continente y tenía expectante a la otra mitad. El 3-0 de aquella final rasgó por todos los costados el mundo futbolístico que había creado el entrenador rosarino para los chicos de Lezama, que pasaron de aspirantes a todo a quedarse sin nada. Los leones todavía no se han recuperado porque caer con el Atlético supuso abrir el cajón de las miserias. El Athletic se hizo vulgar y pegado a esa condición el vestuario se ha acostumbrado a vivir en un escenario mucho más descarnado del que disfrutó hace un año.
El Atlético y esa última final europea cambiaron el paso de un Athletic que hasta entonces funcionaba con máxima precisión. Los de San Mamés están en la batalla de acertar con el molde de la pasada campaña (la empresa les lleva una vuelta) y parecen estar en el buen camino. Lo advirtieron el lunes pasado ante el Betis y los entrenamientos de esta semana tienen el sabor de las grandes ocasiones. No pueden fallar.