Canal+ (semana 6) y la maldición de Houston

Mariano Tovar



Hoy, como cada martes, dedicaré esta entrada a la programación de televisión y a los partidos más interesantes, pero, sobre todo, intentaré explicaros por qué los Texans han pasado, por tercer año consecutivo, de ser máximos favoritos en la Americana a tener que cruzar los dedos para no descalabrarse.

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Domingo

Eagles-Lions 19:00 directo (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).

49ers-Giants 22:25 directo (Canal+ Deportes HD).

Texans-Packers 02:20 directo V.O. (Sportmanía y Canal+ Deportes 2 HD).

Lunes

Texans-Packers 21:00 diferido(Canal+ Deportes HD).

Chargers-Broncos 02:30 directo (Canal+ Deportes HD).

También podéis encontrar la programación actualizada enwww.canalplus.es/NFL.

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El Steelers-Titans del jueves no es un aperitivo demasiado atractivo. La versión reducida en diferido será suficiente para ver la evolución de Mendenhall y de la defensa de Pittsburgh, que sigue sin carburar como nos tienen acostumbrados.

En la primera tanda del domingo hay dos partidos que llaman especialmente la atención. Son el el Ravens-Cowboys y el Eagles-Lions. En el primero veremos a unos Ravens que, pese a su récord, no están jugando bien. El ataque va a tirones y la defensa no está siendo tan dominante como en temporadas pasadas. Enfrente estarán unos Cowboys que arrancaron meteóricos y desde entonces han sido muy irregulares. Un rival de entidad, como Baltimore, será un buen termómetro para Romo y compañía.

El Eagles-Lions es una risa. Vick liándola parda y los equipos especiales de Detroit regalando puntos. Pero, por encima de todo, quiero ver a la secundaria de Philadelphia contra Stafford y Megatrón. Aún no estará de vuelta Jahvid Best, pero los Lions no pueden permitirse un fallo más si quieren aspirar a postemporada.

En la segunda oleada del domingo llega uno de los platos fuertes no solo de la jornada, sino también de toda la temporada. Niners-Giants, 'la venganza'. Porque hay partidos que merecen apelativo, como los combates de boxeo estelares. Y lo mejor es que los de San Francisco llegan como grandes favoritos después de destrozar a todos sus últimos rivales. Ya sabéis que esa es un arma de doble filo contra los Giants, que siempre están encantados de romper pronósticos, sin importarles si son a favor o en contra. Ese partido merece ser devorado.

También me llaman la atención el Skins-Vikings y el Seahawks-Pats, pero no se pueden ver todos a la vez.

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El partido en abierto del domingo en la NBC también es dinamita. Los Texans se enfrentarán a su primer rival de auténtica entidad: Green Bay. Los Packers llegan angustiados. Una derrota casi les obligaría a conseguir un pleno en todos los duelos divisionales que les quedan (y son cinco -CORREGIDO-) si quieren entrar en postemporada. De pronto, los Texans se han encontrado con un agujerazo en su defensa contra la carrera, pero no parece que Green Bay pueda aprovecharse mucho de ello. Con Benson lesionado, Alex Green y Starks tendrá que ponerse las pilas.

El Chargers-Broncos del lunes también es apasionante y decisivo. Es un duelo divisional entre los dos favoritos para llevarse la AFC Oeste, pero también es un encuentro psicológico para ambos. El brillo de Peyton Manning impide que nos fijemos en que los Boncos llevan tres derrotas, y que ha sido su QB el que ha maquillado, en los últimos cuartos, resultados que podían haber sido bastante abultados. La defensa de los Broncos no está siendo tan explosiva como el año pasado y los Chargers, pese a la derrota del domingo frente a los Saints, tienen potencial suficiente para dar un puñetazo en la mesa.

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Y ahora, la maldición de Houston.

Estoy muy sorprendido de la poca trascendencia mediática que ha tenido en los medios deportivos estadounidenses la lesión de Brian Cushing. Es un drama para Houston. Para que os hagáis una idea, Cushing es a los Texans lo que Clay Matthews a los Packers. No solo es que se parezcan físicamente o que sean amigos fuera del terreno de juego, es que por carisma y calidad son el alma de sus respectivos front seven. Cushing es, él solo, la defensa de Houston contra la carrera interior. Está para eso y es un auténtico muro. Quizá ya no sea tan espectacular como en su primera temporada, cuando asombró a todo el mundo para después sufrir casi de inmediato una dura sanción por consumir esteroides. Ahora es un jugador más templado, más consciente de su papel y que ha aceptado el status que quedó libre tras la marcha de DeMeco Ryans.

Y ya que estamos, en los despachos de Houston deben está tirándose de los pelos por haber prescindido de un DeMeco que ahora les solucionaría el problema.

Porque, resumiendo, no tengo ni puñetera idea de cómo harán los Texans para frenar el ataque interior terrestre. Los Jets, que no son tontos, ya aprovecharon para tantear el terreno el lunes tras la lesión del linebacker central y la sensación fue que cuando se enfrenten a un backfield poderoso, los de Houston pueden partirse por la mitad. En la jornada 7 tendrán enfrente a Ray Rice, en la 10 a Forte y Michael Bush, en la 14 a Ridley, Bolden, Woodhead y todo lo que tío Bill les quiera arrojar por el agujero, en la 16 estará Peterson, aunque ya veremos a esas alturas dónde están los Vikings. Los Texans se pueden permitir algunas derrotas, pero caer contra Ravens o Patriots, y más si el motivo son los problemas para defender la carrera interior, puede ser letal para ellos.

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Así que ahora me imagino a Wade Philips buscando la manera de cuadrar el círculo. Tiene a favor que en su sistema defensivo hay muchos relevos y muy pocos especialistas. Los Texans sorprenden en defensa porque están plagados de chicos para todo. Cada jugador puede hacer muchas cosas diferentes. Reed y Barwin lo mismo entran en blitz por dentro, que por fuera, que contienen o se quedan en zona. Y lo hacen todo muy bien. El problema es que no parece haber ningún jugador que cierre por dentro con garantías. Algunos podréis pensar que JJ Watt es igual de poderoso por dentro que por fuera, pero yo creo que aún no está recuperado de todo de su lesión en el codo izquierdo. Si os fijáis, esta temporada siempre corta por el exterior de la línea. Si es tan reticente a intentar colapsar el centro es que el codo no le ayuda.

Es tremendo cómo las lesiones llevan tres años destrozando las aspiraciones de los Texans. Hace dos años, tras un inicio magnífico, se cayeron por el precipicio tras la lesión de DeMeco Ryans, su líder defensivo. El año pasado primero fue Mario Williams, luego Andre Johnson, Arian Foster y, por fin, Matt Schaub. Solo faltó que el estadio se derrumbara encima de toda la plantilla. La maldición no para y en 2012 ha arrancado con Brian Cushing. Quizá aún sea pronto para enterrarlos, pero no me perderé el Texans-Ravens de la semana 7. Ray Rice puede sepultar las opciones del toro estrellado haciendo lo que mejor sabe: correr por el centro.

Y ya os aviso de que mañana hablaremos de Eric Winston, Matt Cassel y un abucheo que está levantando mucha polvareda.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl