Alonso y el reto de ser el mejor campeón de la historia

Comienzan a caer gotas de lluvia en el asfalto de Albert Park, casetas de los equipos a un lado, boxes al otro y Fernando Alonso caminando por el centro del mundo con decenas de fotógrafos por delante, varios miembros del equipo a su lado, su asistente de prensa, Roberta Vallorosi, sonrisa al frente junto a la estrella. Y el paddock de Melbourne se gira para mirar al mejor de los mejores. Así se presente el piloto español ante el universo de la Fórmula 1. Ayer. Hoy. ¿Mañana? Fernando afronta la temporada más apasionante de siempre, probablemente la mejor de la historia de la Fórmula 1 y lo hace con una etiqueta de favorito lastrado por el descolorido color de su Ferrari.

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Las dudas sobre el nivel del monoplaza de la escudería italiana centraron la actualidad antes de que los coches se pongan en la pista, unos hablan de que el F2012 es malo, muy malo, lo sitúan fuera de la Q3, otros como el sexto o séptimo equipo, los de la otra esquina creen que estarán más arriba, quizá entre los cinco mejores y los que son más optimistas que el optimismo ven al equipo luchando por el podio...en una carrera loca. Nadie confía en la victoria de Alonso en Australia. Pero la realidad es que hasta la carrera no se verá el verdadero nivel de cada monoplaza.

Porque lo que está fuera de cualquier duda posible es la calida de los pilotos, estamos ante la mayor congregación de talento de cualquier época, con seis campeones del mundo en la parrilla. Tres de ellos estaban ayer en la rueda de prensa oficial. Sebastian Vettel, el bicampeón actual, por delante de Kimi Raikkonen, el regreso más estelar, y con Jenson Button a la derecha. El finlandés mira al alemán con cara de hambre y gesto loco mientras Seb construye un discurso de los suyos, el inglés sonríe. Vettel dijo que su ídolo siempre había sido Schumacher, el gran campeón. Button aludió también a Michael y a alguno más, diplomacia inglesa. Ningún nombre salió de Iceman. Claro. Si hubieran preguntado a los dos campeones que faltan habrían hablado de la leyenda que descansa en Morumbi. Hamilton siempre fue de Senna. Alonso también, él ganó a Schumacher un título. En aquel lejano 2006. ¿Y Alonso qué? ¿este año sí o qué? se pregunta la afición en España. Desde Australia podemos responder que no todavía, pero quizá sí más adelante. Tiene otros cinco campeones con posibilidades, cinco escuderías parten, a priori, con opciones de luchar por todo, Red Bull, McLaren, Mercedes, Ferrari y Lotus, por ese orden. Habrá más igualdad, reglamento mediante y sino se ocuparán de que así sea. Otro año vetteliano puede ser muy perjudicial para la salud del negocio de Bernie. Este deporte de alta tecnología, de ingenieros de oro, de modelos que sonríen en la calle del paddock y dinero que vuela, se sustenta de verdad en hombres que tienen un talento divino.

Llega la hora, es el momento de los pilotos, de los que se juegan la vida en la pista, la primera cita en el parque donde los aficionados ya sienten uno de los deportes más espectaculares del planeta. Más atractivos de la temporada, un equipo español que se quiere consolidar, el gran De la Rosa que vuelve, incluso una tercera piloto española, De Villota. Y Alguesuari por aquí, buscando una oportunidad mejor. España en la F-1.

Hay gente de todo el mundo, dos japoneses vestidos de azul asturiano con la bandera de España esperan a Alonso ya a punto de anochecer, antes Gabriela, una bella venezolana, nos enseñó orgullosa el autógrafo del español. Después de esperar cuatro horas... esto es Fórmula 1.