El Barça está mosca con los arbitrajes

El Barça está mosca con los arbitrajes, y aunque Guardiola no lo dice, el run-rún crece en la ciudad. La jugada de Iniesta (resuelta con tarjeta en lugar de con penalti) creó una indignación en el Camp Nou que no se apagó ni con el 4-2. La gente había ido al campo hablando del fuera de juego señalado al mallorquín Víctor cuando arrancaba desde su propio campo. Los dedos se les hacen ya huéspedes a los culés, después de los penaltis no señalados en Valencia (Velasco Carballo) y en Cornellà (Turienzo, tan reciente). Ahí volaron cuatro puntos claros. De lo de Anoeta, que se reclama, no estoy convencido.

"Este año los árbitros nos perjudican más, como en otros nos han beneficiado", dijo ayer Xavi, en busca de calmar los ánimos. Y así es. ¿Por qué este cambio? ¿Por casualidad? Para algunos, los árbitros se equivocan sin más y lo mismo te toca para bien que te toca para mal. Para otros, entre los que me encuentro, los árbitros tienen, según cuándo, dónde y contra quién, mucho o poco miedo a equivocarse, porque saben que los que llegan lejos son los que se equivocan de la forma que conviene. Hasta hace nada había mucho miedo a equivocarse contra el Barça. Ahora ya no hay tanto y se nota.

Lo escribí el pasado día 5, antes de lo de Turienzo, no me podrán decir que no. El temor a equivocarse contra el Barça (o a favor del Madrid) que ha existido estos últimos años, ha desaparecido. Y hasta apunté la causa. Pero ya han visto cómo a Velasco Carballo le han dado la Eurocopa pese a chafarle al Barça un partido importante, el de Mestalla. Yo tengo la misma percepción que Xavi, sólo que no lo achaco a mera casualidad, sino a otra forma de estar de los árbitros en los partidos, a otra forma de decidir las jugadas que no tienen del todo claras. Antes todas iban para un lado, ahora, no.