Emociones fuertes para acabar el año

Está claro: diciembre es tradicionalmente un mes de emociones fuertes. ¡Y que emociones! Porque ha resultado espectacular el desenlace del Mundial femenino, con el bronce español en Brasil. Es curioso: España empezó el año con el bronce masculino en el Mundial de Suecia, y lo acaba en Sao Paulo con el bronce femenino. Y más curioso aún: Francia, España y Dinamarca han disputado las semifinales masculinas y femeninas, más Suecia (hombres) y Noruega (mujeres). Por tanto, bien se puede decir que si el nivel de un país se lo dan sus equipos nacionales, el año 2011 ha resultado espectacular.

Además, las chicas han tenido tirón, y han logrado lo nunca visto hasta ahora: que una selección femenina obligue a cambiar la programación televisiva, y que se retrase en noventa minutos un partido de baloncesto, con las entradas ya vendidas, y que nadie, que se sepa, haya protestado por ello. Vamos, que se asume que el balonmano femenino tiene su hueco en Teledeporte, y con un poco de fortuna este triunfo echa un cable a la Liga nacional.

También nos ha servido el Mundial para descubrir que el sucesor de Lorenzo Rico no fue Barrufet, ni lo es Hombrados, que son excelsos también como porteros, dicho sea de paso, pero exhibiciones como la de Silvia "Paradón" Navarro no se recordaban, aunque el Comité de los premios del Mundial haya preferido a una brasileña por aquello de darle algo a los anfitriones.

Pero el mes comenzó el Atlético de Madrid-Barcelona, y aunque el récord de aficionados y el triunfo del Barça hayan tapado la pequeña intrahistoria del partido en si, la expulsión de Lazarov es evidente que decidió el encuentro. Enric Masip sostenía que tanto la de Rutenka como la de Lazarov eran expulsiones: la del primero, por ostentosa; la del segundo, por reglamento. Y es que lo he debatido mil veces, pero no hay vuelta de hoja: posiblemente haya sido el siete metros con peor resultado en la carrera del rojiblanco: de tener la posibilidad de empatar el partido, y tener su equipo dos minutos de superioridad, a fallar el lanzamiento al golpear en la cara a Saric, irse a la caseta, y cederle el ataque al Barcelona en un cinco contra cinco. Nadie duda de que Lazarov no lo hizo queriendo, pero el reglamento es objetivo: balonazo a la cara con el portero inmóvil, a la calle. Hay quien sugería que esa norma habría que cambiarla, pero a mí me parece acertada, pues penaliza en algo al lanzador que falla.

Ahora llegar la Copa Asobal, en León, con lo cuatro primeros de la primera vuelta. Por fin la Asobal ha tomado una decisión justa, porque otros años la jugaban los mejores de la temporada anterior, en un meridiano error, porque carecía de practicidad. Y aunque el sorteo ha sido puro, resulta que el Barcelona y el Atlético de enfrentarse sería en la final, en tercer enfrentamiento en cuatro meses.

Y más cosas de diciembre, la lista de Valero Rivera que descubre que Sterbik tiene unos problemas cardiacos, que le descubrieron en el examen médico de la pretemporada, y que llevará al quirófano al portero rojiblanco. Vamos, que Arpad y la Selección están peleados, y no hay manera de que el jugador se instale por fin la camiseta española, porque entre lesiones y necesidad de descanso, contar con él a pleno rendimiento parece imposible.

Respecto a la lista de Valero, a mi me hubiese gustado que estuviese Antonio García (Ademar), y Chema (Atlético de Madrid), y Montoro (Ademar), y a lo mejor Mindeguía (San Antonio), pero si me dicen que los meta, y que quite a los que ha llamado Valero, pues no sabría a quien quitar por poner a cualquiera de esos cuatro. Bueno, Montoro, por desgracia lesionado de larga duración, como Perales, otro de mis favoritos, es un problema menos para recomponer el puzzle, porque por ahora no puede. Lo bueno de esto, sin embargo, es que hay jugadores, que la lista no se consume con los que elige el seleccionador. Y eso, a mi entender, también es digno de considerar.