Ante la extensión de horarios de la Liga

La jornada se extiende, ocupando hasta nueve horarios diferentes a lo largo de sábado tarde y noche, domingo mañana, tarde y noche, y lunes noche. Sólo coinciden dos partidos, a las 18:00 del domingo, y eso mientras se resuelve si ocupar o no el sábado a las 16:00, que en principio se evita. El resto van de uno en uno. El de la noche del sábado, en abierto, el de las 20:00 del domingo, en Canal +. Se trata de un experimento que, más que pensando en Asia, se hace tratando de fortalecer la fórmula Canal + Liga-Gol T, canales que ofrecen abono múltiple a casi toda la jornada. Se abandona todo interés por el 'pay per view'.

Bueno para el aficionado televisivo, que tendrá todo a mano. Malo para el que va al campo, que verá aún más alborotados los horarios. A la larga habrá bajas. Pero la asistencia al campo ya no supone más que un tercio de los ingresos de los clubes, y hay poco miedo a perjudicar al abonado de siempre, o mucha fe en él. Y malo para los carruseles de las radios, a los que la situación anterior (que tendía a concentrar en un horario los partidos de menos interés) convenía. El cambio se hace precisamente cuando se está pretendiendo exigir dinero a las radios, lo que es indicio de que se ha meditado poco la fórmula.

En realidad, viene a ser una vuelta de tuerca para un modelo que manifiestamente no es rentable. Tampoco lo será ahora. Por el fútbol en televisión se pagan 630 millones, pero los operadores apenas recaudan 500. Sin embargo, los clubes quieren llegar a 800. Las televisiones que lo pagan están arruinadas o arruinándose, lo que no impide que los clubes estén, a su vez, más arruinados todavía. Aquí se intenta todo menos una cosa: que los clubes dejen de gastar más de lo que ingresan. Pretender esto sería ir contra una tradición mucho más arraigada en nuestro fútbol que los viejos horarios.