50 puntos no era una diferencia real

Antes de entrar en materia, vayan por delante unas cuantas cosas que quizá podrían hacer este post algo espeso, por poco motero, pero que me salen del alma por estar frente al teclado a las dos de la mañana, 48 horas después de la cita de Indianápolis y pocas horas antes de volver a preparar la maleta para ir a Misano, donde nos espera un GP apasionante...


La primera de las cosas que quería tratar empieza con una disculpa. Pido disculpas de todo corazón por haber tardado tanto en actualizar el blog. La razón por la demora es que he tenido un verano muy ocupado, pero no exento de motos y muy condicionado por el calendario mundialista, el mismo que cada año hacen peor, yo diría incluso que lo hacen con los pies, porque de otro modo no se entiende que lo hagan peor. Sobre mi verano, en realidad las vacaciones que he tenido, por llamarlas de alguna manera, han sido las más moteras de los últimos tiempos, ya que en mi garaje han coincidido el scooter X Max 250 de Yamaha, con el que me muevo a diario; la Kawasaki KX 250 de 2006 que tengo muerta de risa este año y que pongo en venta por falta de uso (2.700 euros para el que le interese, y en buen estado, sin carreras); una divertidísima Aprilia Dorsoduro 750 de Supermotard, que incita a la violencia por su versatilidad en ciudad y carreteras reviradas; y la Harley-Davidson (siempre con guión, por favor) Night Road Special, la moto de Batman podría decirse...


Lo segundo que me gustaría que tuvieseis en cuenta a la hora de escribir estas líneas es que, tal como suena, me da absolutamente igual las críticas recibidas en el pasado y las que pueda recibir a partir de ahora. Ya os he dicho que me leo cada comentario, y me importa un bledo los insultos o las críticas apocalípticas. Sólo me fijo en las críticas constructivas, de las que intento aprender, o de las originales, por lo que me gustaría que leáis lo que me escribió el otro día en la charla digital de AS un tal Yerar: "Vamos a ver, no sé si eres madrileño o no, pero lo pareces a la legua, creo que tienes que modernizarte: 1. este peinado de tio joven enrollao no te favorece, tienes la cara ya de por si alrgada, peínate mejor de costado (sin raya por favor). 2. Con esta papadita que tienes, mejor no te dejes barbita ahí debajo, adelgaza un poquito y déjate solo perilla. Un poquito mas delgado se te verían las orejs y parecerías mas joven. 3. Esta camisa de cuello tan alto es de madrileño total. Es demasiado clásica y rancia. Camisa Ok pero esta no. 4. La americana de pana, NO, por DIOS!! otra cosa hiper mega clásica. Esta americana con una camiseta o con una camisa menos clásica (como la de rayas que llevas), estaría bien. Una camisa blanca lisa, aunque seguiria siendo clásico quedaría mejor. 5. No sé si nadie te lo ha dicho todavía, pero, cámbiate el nombre! supongo que esto es un diminutivo, pero es un poco ridículo. Yo creo que ya va siendo hora de utilizar tu nombre, que para eso está. Psicológicamente, yo diría que estas en tensión entre tu espíritu racional, conservador y clásico y tu "voluntad" de ser o parecer dinámico, abierto y mas moderno de lo que en el fondo eres. Estas son las conclusiones que he sacado solo de verte en la foto".


Y la respuesta: "Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja. Es lo más grande que he leído nunca. No sé exactamente a qué te dedicas, pero te garantizo que no pienso hacerte ni puñetero caso a cualquiera de las cosas que me has dicho, y que te agradezco. En la foto no sé si has podido apreciar también que tengo una fuerte personalidad y que me importa un pimiento lo que digan los demás. La chaqueta es muy bonita, aunque no me la pongo en verano. Es más, casi nunca voy con chaqueta, pero me pidieron que en la foto del periódico sí debía hacerlo, así que cogí esa porque me hicieron la foto en invierno. En cuanto a la firma, lamento que te parezcan ridículos mis apellidos, porque no son diminutivo de nada. Chema Mela suena a 'Cómemela' y Chema Mela Chércoles a 'Cómemela el miércoles', por eso firmo con los apellidos, y también porque mi madre tiene tanto derecho a presumir de hijo como mi padre. Perdona la sinceridad y la crudeza de estas líneas, pero es que es así. Y por cierto, soy madrileño, y a mucha honra, pero también español y ciudadano del mundo. Áhí lo llevas. Ah, y de la barba ni hablar, que la llevo desde que fui al Dakar de 2004 y me trae buena suerte. Gracias por el esfuerzo y, aunque algún día cambiaré la foto, no pienses que fue por lo que tú me dijiste. Eres un crack". Me encanta este tío.


Lo tercero. Estoy uniformado mientras escribo exclusivamente con un sombrero de cowboy absolutamente abducido por un dvd de Bunbury que acabo de estrenar. El CD lo tenía rayado, pero el DVD lo he descubierto esta noche. Es uno de grandes éxitos y ahora mismo sopla 'El viento a favor'. Los tengo todos del maño, incluso las recopilaciones, porque para mí es el más grande del mundo, tan grande como Rossi en las motos o el desparpajo que muestra Lorenzo por batirle. Si has aguantado hasta aquí leyendo, tienes mucho mérito, y no desesperes, que más adelante aún hablaremos de motos. Por cierto Flo, ¡Viva Bunbury, coño!


Lo cuarto y último antes de entrar en materia. ¡¡¡Viva la bohemia y el periodismo antiguo!!! Me hubiera gustado haber nacido un par de décadas antes para vivir la Movida de los 80 de pleno y ser testigo directo de la transición y el periodismo de la época. Lo digo porque acabo de abrir una botella de vodka Absolut y me siento como el mítico Sarmiento Birba, antiguo director de AS, desnudándose ante su antigua máquina de escribir. No os preocupéis, que no estoy pedo ni me escudo en ello por si digo algo incorrecto. Sólo digo que añoro el periodismo de raza que he estudiado y en el que he creído y que tan difícil es hacer hoy en día. Aún así, me siento un privilegiado, porque casi nadie interfiere en mi trabajo y soy absolutamente responsable y creyente de cuanto sale en el AS con mi firma. Lo del periodismo antiguo lo digo porque hace pocas noches me asombró ver a Carmelo Ruiz, compañero de AS, el jefe que mejor he tenido en mi época de redactor en la sección del Real Madrid, y el que todos querrían tener como jefe, el mejor que yo he tenido a lo largo de toda mi carrera y un GRAN AMIGO, pese a quien le pese, y supporter del Liverpool como yo, reencontrarse con su pasado en un pub que se llama Triers. Está en Madrid, en la calle Claudio Coelho, y si le decís a José, el dueño, que vais de parte de Carmelo, de la mía, o de Enrique Ortego, otro periodista de raza y ex compañero en AS al que aprecio un montón, que vais de nuestra parte, seguro que os tratan bien. Y si no es así, os bajáis unos metros hacia la Tula y ahí dais mi nombre o el de Fermín de la Calle, otro compañero de AS y un hermano, especialista en rugby, en particular, y en periodismo deportivo, en general. Estos son mis cracks en el AS, a los que hay que unir mi incondicional sección de motor, con Raúl Romojaro a la cabeza, Ruli, al que tuve que hacer testigo de mi boda por la amistad que nos unía entonces, y que ha crecido desde entonces, pero él me quiere del mismo modo con o sin chaquet. Yo a él también, y esto no es peloteo, es amistad. Y a ellos se suma el gran Iñako Díaz Guerra, el del Atleti, al que en su día animé a ser lo que es hoy, cuando era un simple becario que regalaba días libres en los entrenamientos del Atleti a cambio de esperanza. Se me olvidan más, pero que me perdonen, porque a día de hoy no me llevo mal con nadie en el AS y no caben todos.


Releído el texto, parece que llevo una gran fumada, pero nada más lejos de la realidad. Paso de las drogas por completo, porque tengo la teoría de que me debí caer en una marmita de pequeño, como Obelix, porque estoy colgadísimo sin necesidad de ninguna química, salvo la que me ofrece la mirada de mi chica, la misma con la que iré a Gijón en un par de semanas, a una concentración motera en la que el año pasado estuvo Kevin Schwantz.


Dicho todo esto, me remitiré al titular de este post: 50 puntos no era una diferencia real. Ya lo sabréis, pero me refiero a la diferencia en la general que había entre Rossi y Lorenzo antes de la carrera de Indianápolis. Es más, me atrevo a decir que, pese a todas las victorias que ha acumulado Rossi esta temporada (5), para mí ha sido más rápido el mallorquín que el de Tavullia. Lo digo porque le he visto más rápido en un montón de entrenamientos y en carreras, pero al final la experiencia del octacampeón se ha impuesto. Y es así porque Lorenzo no deja de ser un chaval de 22 años que en cada carrera en la que se mide contra Rossi realiza un máster para el futuro.

Cada día tengo más claro que la apuesta que hice hace nueve años, cuando conocí a Lorenzo con trece añitos, era la acertada. Rossi es el más grande de todos los tiempos, pero Lorenzo es su heredero. No sé si será este año, el que viene o dentro de dos o de tres, pero es EL ELEGIDO. No hay nadie que le haya plantado cara al italiano como Lorenzo. Y lo digo también decepcionado por los resultados que nos ha deparado Dani Pedrosa. ¿Dónde están ahora los que decían que el catalán era infinitamente mejor que Lorenzo? Indianápolis fue un palo muy gordo para los pedrosistas, porque era el día señalado para su victoria. Yo creía en ella más que nadie, tras ver su ritmazo en los entrenamientos. Hasta tenía un titular para su victoria: "Campeón de América". Era la manera de recordar su victoria en Laguna Seca, pero decepcionó con una caída en la cuarta vuelta. Igual me equivoco, pero dejó la sensación de que le pudo sentir el aliento en el cogote de Rossi y Lorenzo, además de dejar claro que no es capaz de ganar una puñetera carrera de MotoGP si no se escapa. Y eso por no hablar de las dificultades que tuvo para levantar la Honda y reemprender la marcha... Si lo hubiera hecho antes, seguro que habría acabado entre los cinco primeros, pero le fallaron las fuerzas.


Ahora más que nunca, la carrera de Misano se presenta como un duelo en toda regla entre Rossi y Lorenzo. Valentino corre en casa y a Jorge aún le pica que el italiano le ganara en la última curva de la última vuelta de Montmeló, y que lo celebrara delante de su recién creado club de fans. Por eso os puedo garantizar, sin miedo a equivocarme que, si Lorenzo es capaz de ganar en Misano, algo que va a intentar con toda su alma, clavará su bandera de Lorenzo's Land delante de la tribuna donde se concentren los tifosi del Fan Club de Rossi. Qué nadie de se lo pierda.


De 250cc y 125cc os hablo otro día, que son las 2:46 de la mañana y se me está acabando el DVD de Bunbury. Ahora suena 'Infinito' un tema romántico muy recomendable. Sólo os diré que Barberá me tiene muy decepcionado y que Bautista ya se puede poner las pilas si quiere ganar el título porque, al problema de Aoyama, se suma el problemón de Simoncelli. El italiano me parece el mejor de la categoría independientemente de cómo acabe el año y es el debut en MotoGP para 2010 que más ilusión me genera.


De 125cc, Simón lo tiene hecho, pero me agrada ver que hay vida más allá de él. El triunfo de Pol Espargaró, aún a costa de Nicolás Terol, fue una gran alegría, porque se la merecía hacía tiempo.

Bueno, espero que hayáis tenido una buena dosis y que no os hayan aburrido demasiado mis pajas mentales. Como dice el héroe del Moncayo en este preciso instante, que seáis felices, aunque no sea conmigo. Hasta la próxima.