Cilleruelo, Muñoz y un gran Trofeo

Pocas veces en la historia del fútbol cundieron tanto 100.000 de las antiguas pesetas. Aunque fuesen de 1955. Juan Ramón Cilleruelo, presidente del Cádiz por aquellos tiempos, se inventó este torneo para prolongar el tirón veraniego de la ciudad y el Ayuntamiento lo sufragó. Así, hasta hoy. El Trofeo Carranza sobrevive manteniendo el halo de su grandeza. Pese a que en el año 2000 estuvo a punto de desaparecer, ha recuperado su brío y ya son varios años consecutivos recibiendo en su cartel a grandes equipos de Primera. Este año, la tradición se sigue manteniendo.

Pero no se puede hablar del Trofeo de los Trofeos sin hacerlo de su equipo anfitrión, que ha resurgido de sus cenizas nuevamente. Atrás queda el intento fallido de compra de Arturo Baldasano y sus terribles consecuencias. Antonio Muñoz, que recogió el guante, anduvo sobre sus propios pasos desde el nefasto descenso a Segunda B y ha recuperado al Cádiz para el fútbol nacional. Julio Fernández Peguero ha construido un bloque que recuerda al del último ascenso amarillo de Víctor Espárrago. Javi Gracia es su director de orquesta. Y la Tacita vuelve a soñar.