Faltó ser algo más profesionales

El inexorable transcurrir del tiempo nos llevó al peor desenlace que se podía esperar de nuestro Cádiz. Lo que mal empieza, mal acaba, se hizo realidad y terminamos con los huesos en Segunda B. La historia tuvo mal inicio con la llegada de Baldasano ante el beneplácito de todos, incluido el Ayuntamiento. En su corto paso por el Cádiz tuvimos a Carnero, el secretario técnico más caro y nefasto de la historia del club. Un segundo presidente y hasta un total de cuatro entrenadores dicen a las claras que las cosas nunca marcharon. Para colmo, jugadores caros y en algunos casos con escasa vergüenza profesional. Futbolistas como Gastón Casas, Natalio, Nano o Parri, por citar algunos, no deben lucir jamás la camiseta amarilla. La desgracia acompañó a los nuestros hasta el último instante. Paz, por su cariño y honradez, no merecía semejante castigo.

Como le dijo su madre, un penalti le llevó a la gloria del ascenso y un penalti le lleva al horror de un descenso. Lamentable la carcajada de la alcaldesa de Jerez por el descenso del Cádiz. Su posterior rectificación, para mí al menos, sirve de poco. Lo mejor, la afición, como siempre. También considero importante las palabras de Muñoz Tapia, destacando que el club seguirá adelante y no corre peligro de desaparición. Esperemos que el nuevo proyecto de un giro radical y cambie el futuro de una entidad que, hoy por hoy, cuenta con una de las mejores aficiones de este país. Hay que pensar que llegar al Centenario en la División de Plata, es posible.