El puñetazo de Pedrosa engancha

Toca semana de Fórmula 1, para más señas, del GP de España, y, a diferencia de otros años, la gente que me conoce me pregunta más por MotoGP que por Fernando Alonso. Lo hacen sobre todo por Lorenzo, que es quien ganó en Estoril, pero también sobre el bajón de Stoner, las posibilidades del resurgir de Rossi y lo bien que pinta la temporada para Pedrosa.

No es por casualidad. Las audiencias se han disparado en lo que va de campeonato respecto al año pasado. La cita portuguesa tuvo uno audiencia media de cuatro millones de espectadores, repitiendo la cifra que siguió en directo la carrera de Jerez, y eso es un millón y medio más de lo promediaba 2007. Había quien creía que el salto de Jerez se debía a lo especial del acontecimiento, pero Estoril fue la confirmación de que el tirón del motociclismo en nuestro país va a dar este curso un salto cuantitativo. Un millón y medio de subida sobre los dos y medio que solía haber supone un 60% de incremento, y eso es una barbaridad...


La ventaja que tenemos los moteros sobre la Fórmula 1 u otros deportes es que, ante todo, nos gustan las motos tal como son, independientemente de que ganen nuestros pilotos preferidos, aunque si encima lo hacen ellos... La releche. Por eso me gustaría pedir a los fijos que recibamos a los nuevos con los brazos abiertos, conscientes de que arriman el ascua a nuestra sardina fruto de los resultados que están obteniendo ahora Lorenzo y Pedrosa y también, claro está, atraídos por el morbo que supone el pique deportivo y personal entre el mallorquín y el catalán.


Los que me conocéis de las páginas de AS sabéis que soy de los que más ha alertado sobre la rivalidad y enemistad irreconciliable que se avecinaba con el duelo Lorenzo-Pedrosa en la clase reina. Por cierto, pongo primero al mallorquín porque es el que aparece en cabeza en la general aunque ambos vayan empatados a puntos. Hay quien dijo que no había tal rivalidad, que era pura invención o un ataque de sensacionalismo hablar de tal cosa, pero el GP de España dejó latente que era tan cierto lo que se había contado que hasta el Rey de España quiso mediar para que llegara la paz, obligándoles a darse la mano antes del podio. No lo consiguió y mejor así, porque tengo la teoría de que la presencia en la pista del uno hace mejor al otro, como pasaba entre Schwantz y Rainey o entre Rossi y Biaggi.


La prueba definitiva de lo que digo fue el puñetazo que Pedrosa dio al depósito de su moto al cruzar la meta de Estoril, a casi dos segundos de Lorenzo a pesar de toda la presión que ejerció sobre el mallorquín. Por mucho que luego dijera que era un gran resultado, ese segundo puesto le supo más a derrota que nunca y, más que por el resultado, por quien le había ganado. Lo bueno de un campeonato tan largo es que siempre da oportunidad de revancha y Dani la tiene dentro de unos días en Shanghai.


Nunca antes había tenido un servidor tantas ganas de viajar a China, con lo lejos que está, ni se me había hecho tan largo el espacio de tiempo entre una carrera y otra. Por suerte, cada vez queda menos para que llegue la hora de la cuarta batalla de la temporada y, dicho sea de paso, como Stoner no sea capaz de ganar allí, habrá que borrarle de la lista de favoritos al título, aunque para mí es el máximo favorito al triunfo en China. ¡Qué año nos espera!


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