Algo pasa con Federer

Tomás de Cos

Ya resulta evidente. Aunque las explicaciones habrá que suponerlas mientras el suizo no explique qué le pasa. Sea por una repentina falta de motivación, por las secuelas de la mononucleósis, el agotamiento o por un despiste grave después de tanto bolo con su amigo Sampras, los resultados del mejor tenista del mundo no están a la altura en 2008.


De lo que no hay duda es que por detrás hay tenistas que vienen pisando fuerte. La tendencia de los últimos años no sólo se mantiene sino que se ha incrementado. Nadal sigue tan firme como las tres últimas temporadas, a pesar de los que dicen que está acabado, y sueña con verse en lo alto de la clasificación. Djokovic vive un momento dulce y en el inicio de temporada ha dado un sonoro puñetazo sobre la mesa. Y Davydenko, Roddick, Murray y compañía tampoco parecen dispuestos a perder comba.

Federer ha registrado su peor trimestre en un inicio de temporada desde el año 2000. Eso sí, entonces al menos alcanzó la final de Marsella, que perdió ante su compatriota Marc Rosset. Su derrota en los cuartos de final de Miami frente a Roddick supone su cuarta derrota de la temporada. Y hay que tener en cuenta que en todo el 2007 tan sólo perdió ocho encuentros.

Pero quizá el dato que más subraye el complicado estado de forma de 'Mr Perfecto' sea que aún no ha disputado una sola final. En el Abierto de Australia y en el Masters Series de Indian Wells cayó en semifinales, en Dubai no pasó la primera ronda y en Miami se ha quedado en los cuartos de final. Una actuación que sería brillante de no ser porque hablamos de una leyenda -en activo- del tenis.

Desde el 2000, cuando el suizo aún no había domado su carácter en la pista y su irregularidad afeaba sus pinceladas de talento, Roger Federer siempre sumó un título en los primeros tres meses de competición. En 2001 ganó en Milán y llegó a la final de Rotterdam; en 2002 se adjudicó el título en Sydney e hizo final en Milán; y en 2003, año de su explosión, ganó en Marsella y Dubai. Después llegaron los años de vacas gordas (2004: Australia, Indian Wells y Dubai; 2005: Doha, Rotterdam, Dubai y Miami; 2006: Australia, Indian Wells, Miami y Doha; 2007: Australia y Dubai) en los que tan sólo Nadal pareció aguantar su ritmo.

Sin embargo hay datos que indican que la crisis no es para tanto. Federer, salvo en el caso del irregular Mardy Fish, ha perdido frente a jugadores muy solventes. 'Djoker' se ha hecho definitivamente mayor, Murray afronta la temporada de su confirmación definitiva y Roddick, que ha cambiado a 'Jimbo' Connors por la bellísima Brooklyn Decker, siempre acaba ganando varios torneos por año. Tal vez la derrota de anoche haya sido el mejor regalo de boda para el 'bombardero de Nebraska', que llevaba once derrotas consecutivas y un balance desfavorable de 15-2 ante 'Fed-Ex'. Un claro ejemplo de lo que se conoce como tener a alguien de hijo.

En todo caso a Federer le queda mucha temporada para reaccionar y cogerle el pulso a la competición. Además, por todos es sabido que lo más difícil en este deporte es mantenerse y el de Basilea lleva comandando la clasificación mundial desde el 2 de febrero de 2004. Ha ganado 53 títulos individuales (entre ellos 12 Grand Slams: 5 Wimbledons, 4 US Open, 3 Abiertos de Australia, además de 4 Copas Master), 7 de dobles y más de 39 millones de dólares en premios. Un bagaje que le permite mantener el crédito durante bastante tiempo.