El Sevilla Atlético se divierte

Ver al Sevilla Atlético te vincula con el buen fútbol. El filial se impuso por 2-0 al Eibar y no de cualquier manera. El primer tanto fue obra de Alfaro, un onubense que ya ha competido con el primer equipo y que culminó una de esas jugadas que mezclan velocidad y cualidades técnicas a partes iguales: maravilloso control de espuela y un tiro cruzado después de calibrar por dónde superar al portero armero. El segundo gol fue de esos que podríamos comparar sin rubor con la espléndida chilena de Ronaldinho o cualquier otro tanto de un astro mundial que nos venga a la cabeza, pero se marcó en un campo de Segunda y por eso su repercusión ha sido limitada.

Esta vez el artista se llama Salva Sevilla y le pescaron los ojeadores de Nervión en la cantera del Poli Ejido. Debieron entender que con ese apellido se encontraba en el sitio equivocado. Paró la pelota en la frontal del área del Eibar, hizo esa pausa que diferencia a los buenos futbolistas de los mediocres y con una templanza prodigiosa picó el balón por encima del meta. Dos pequeñas obras de arte que definen a un equipo que mima el fútbol y está moldeando grandes talentos de futuro.