La autoridad de un gran Numancia
Cuando ves al Numancia sobre el campo, la primera impresión que da es que no regala nada. Los jugadores tienen asimilado el sacrificio y la entrega, de hecho es muy difícil ver el más mínimo bajón de tensión a lo largo de sus encuentros, nadie se relaja. Esa capacidad de sufrimiento se pone al servicio de una disposición táctica firme en defensa y letal en ataque. Este Numancia parece tener soluciones para todo, incluso para sobreponerse a las lesiones de jugadores importantes. En Soria se respira orgullo, porque están convencidos de que van a volver a Primera y es difícil que no alcancen ese objetivo.
Los laterales no descansan en todo el partido progresando sin respiro por las bandas. Nagore complementa a los centrales y a la vez da salida a la pelota. En el centro del campo, Julio Álvarez disfruta jugando al fútbol, aportando orden o improvisación según convenga. Gonzalo Arconada está sabiendo explotar la figura de delanteros altos y rocosos que le garantizan ganar balones aéreos y hacer daño en las jugadas de estrategia. Toché, Rafa Jordá o Bolo le facilitan ese trabajo que luego pueden aprovechar futbolistas más pillos como Del Pino, Brit o Carmelo.