Luka Modric

Ante la animada tropa de Pacheta se mostró como un Ramos de guardia. Sus dos goles reflejan su empeño en revertir la inercia negativa del equipo.

Las jugadas se clarifican y cogen otra velocidad cuando pasan por las botas del croata y del alemán, pero está faltando que existan más soluciones por delante de ellos

Modric ha tenido la humildad de ganarse la renovación en el campo, sin abrir la boca en público para quejarse de nada.

Sus veteranos no tienen descanso. Modric, Kroos, Casemiro y Benzema son los mejores. No tienen sustitutos a su altura y se exprimen en un calendario infernal, sin descanso, con un alto riesgo de lesiones musculares.

Era el Centenario del Alavés con el Madrid como visitante y el club se acordó de Berasaluce, guardameta de los cincuenta compartido por ambos equipos.

Dentro de veinticinco años se seguirá recordando el exterior de Luka Modric. Pocos futbolistas en la historia de este deporte han dominado con tanta maestría esta superficie.

Acabó el partido y los jugadores athléticos se abrazaron en un corro de saltos eufóricos, mientras a Marcelino la alegría le desbordaba el rostro.

El Madrid, hablo del club, se pasó un día largo rezongando contra el partido de Pamplona. Su plan era viajar en la mañana de ayer, cuando, por cierto, estuvo cerrado Barajas, como era previsible.