Lorenzo cambió el futuro de Ducati

No era casualidad que una década después de que Stoner lograse el primer título para Ducati en MotoGP (2007), la casa de Borgo Panigale no hubiera sido capaz de repetir la hazaña. Desde Bolonia nunca dejaron de apostar por el talento para pilotar la Desmosedici y aunque su gran apuesta llegó en el apartado técnico, con la incorporación de Dall’Igna (2013), también hay otro culpable de todos los éxitos que disfruta el fabricante italiano a día de hoy. Porque a pesar de que el ingeniero italiano supo leer mejor que nadie las zonas grises del reglamento, que guió hasta lo más alto a una marca en horas bajas e incorporó en la categoría reina ideas que parecían imposibles, la llegada de Jorge Lorenzo influyó en el futuro de la marca italiana.

El propio Gigi reconoce en Moto.it, “muchas de las ideas que tuvimos, muchas de las intuiciones, fue escuchando las indicaciones de Jorge”. “Él venía de Yamaha, una moto que era muy fuerte en esa etapa, y desde el principio escuché los comentarios de Jorge”, continúa explicando el ingeniero italiano, sobre cómo aceptaron los comentarios de un pentacampeón que llegó a Borgo Panigale en 2017. Entonces, la Desmosedici ya empezaba a dejar los primeros brotes verdes. De hecho, Lorenzo afirmaba que desde Bolonia ya le había dado una moto competitiva con la que fue capaz de sumar dos podios en Aragón y Sepang. Además, el prototipo italiano también era capaz de pelear con el mejor Márquez del momento, pero el balear seguía teniendo un deseo: “Más apoyo al frenar para mantener la energía (hasta el final de una carrera)”.

La Ducati del pasado siempre fue una moto muy física y exigente, dos características que se intensificaron con el prototipo de 2018. “El depósito estaba más bajo y no me podía apoyar en las frenadas, me cansaba más. Se lo dije a los ingenieros, pero o no me entendían o no me creían demasiado, así que pasó un largo espacio de tiempo hasta que llegó esta pequeña pieza”, que para Jorge lo cambió todo. Porque, a pesar de que “la gente habla mucho del depósito de combustible, como si fuese algo mágico, realmente fue la última parte de todo esto”, explicó el balear en BT Sport. El nuevo depósito fue determinante para empezar a ganar carreras, sí, pero detrás se escondía mucho trabajo con la fábrica de Bolonia desde que el pentacampeón llegó. “Cogí una moto muy nerviosa, precipitada en el primer golpe de gas, que no giraba... así que poco a poco la fábrica empezó a hacer nuevos chasis y empezamos a mejorar el primer golpe de gas, el comportamiento para que fuera más suave”.

“Lorenzo daba para escribir una enciclopedia”

De esas cualidades goza precisamente la Desmosedici que suma dos campeonatos consecutivos con Bagnaia y domina MotoGP en la actualidad. Y Gabarrini, ingeniero de pista del italiano, que también desempeñó ese rol con Lorenzo en el garaje de Ducati, admite en ZamTube que el balear tiene responsabilidad del proyecto actual: “Pidió muchos cambios y ajustes en la moto durante los dos años y tenía razón, porque muchas cosas siguen ahí hoy. Jorge tenía una sensibilidad muy exacta, lo que era una gran ventaja. Sus comentarios sobre la moto daban para escribir una enciclopedia”.

A pesar de que el primer año de Lorenzo en Ducati “fue realmente difícil por varias razones” y Gabarrini considera, “en cierto moto”, que los dos años que trabajó junto al balear fueron un fracaso “porque el objetivo era ganar el título”, la victoria más importante junto al pentacampeón ha llegado a modo de rendimiento: “Su contribución a Ducati fue muy importante, era muy sensible en el desarrollo. Lo sentía todo, fue realmente instructivo incluso para un equipo de desarrollo trabajar con un personaje así”.