¡Bautista es campeón del mundo!
El español logra en Mandalika su primer título del Mundial de Superbike y cierra un año perfecto para Ducati, con doblete MotoGP y derivadas de la serie.
Álvaro Bautista es el nuevo campeón del Mundial de Superbike. En su segundo año en Ducati finalizó la tarea que comenzó allá por 2019, su temporada de debut en las derivadas de la serie en la que cosechó un increíble 11 de 11 en las primeras carreras que no le valieron para llevarse el título por su mala segunda mitad de temporada, lastrada por caídas y lesiones. Abandonó Borgo Panigale para abrazar el proyecto de Honda, dos temporadas en las que adquirió más experiencia en las Superbike pero no los resultados esperados. Que han llegado en su segundo año en Ducati: campeón del mundo de manera incontestable, con un segundo puesto en la carrera 2 de Mandalika y apretando hasta al final a Razgatlioglu, vencedor y al que triplete en tierras de Indonesia no le ha valido para defender su ‘1′.
Porque más allá de pesos y estaturas de los pilotos o el excelente rendimiento de la Panigale, Bautista ha sido el mejor, sin debates estériles. 33 carreras, 29 podios, 14 victorias y 11 vueltas rápidas demuestran la superioridad y regularidad de un piloto que ya acumula dos títulos mundiales, uno en 125cc en el Mundial de Motociclismo en el año 2006 y este de 2022 en el Mundial de Superbike. Un hito que le pone a la altura, además, de dos mitos de las dos ruedas: John Kocinski (campeón de dos y medio en 1990 con Yamaha y dominador de las derivadas de la serie en 1997 con la Honda RVF750R) y Max Biaggi (cuatro títulos en el cuarto de litro y dos en las Superbike, ambos con Aprilia), eran hasta ahora los únicos capaces de ser campeones en ambos certámenes. Por otro lado, se convierte en el segundo español campeón en SBK después de Carlos Checa, quien lo logró en 2011. Y con Ducati también.
Le valía un podio a Bautista en la segunda carrera de Mandalika para abrochar un título que ha peleado con velocidad y cabeza, especialmente este último fin de semana en Indonesia. Y desde la cuarta plaza de la parrilla asaltó el talaverano el Mundial. Sólo debía ganar una plaza y por delante Locatelli, compañero de Razgatlioglu en Yamaha, Rea y Toprak. Daba igual lo que hiciera el turco, el objetivo, y el más asequible a priori, era el tercer puesto del italiano. Y llegar así a la bandera de cuadros.
En la tensión de la salida Bautista llegó tercero a la primera frenada, pero Locatelli se defendió con todo y devolvió al talaverano al cuarto. Más contundente fue Rea tras apagarse el semáforo para coger el liderato y mandar a Razgatlioglu a la segunda plaza, un resultado que ya le valía al ‘19′ para campeonar. Y para confirmar la situación, en la frenada de la 15 Bautista llegó al tercer lugar y se pegó al colín de la R1 del turco con 18 vueltas por delante. En esos instantes el peligro venía por detrás, con un agresivo Bassani, Locatelli puede dar cuenta de ello, que al estilo de MotoGP no parecía por la labor de atender a órdenes de fábrica. La llegada de Toprak al liderato de la carrera no variaba el plan de ruta del líder del Mundial, seguro en la tercera plaza y cerquita de Rea, al que dejó atrás cuando empezaba a tener síntomas de desfallecer en su ritmo.
Con 14 giros por delante el pleito quedó en un mano a mano entre el turco y el español, dispuesto este último a disputar el triunfo y cerrar la corona con una victoria. No era necesario, pero llevar al límite al de Yamaha tampoco era un mal plan, obligarle a empujar y evitar que llegasen más pilotos por detrás, especialmente Locatelli, cuarto, y Rea, quinto, cada vez más alejados de la cabeza. No dejó de enseñar su Ducati Bati, esperando un momento seguro para lanzarse a por la victoria. Y llegó un baile que puso a prueba los nervios en el box rojo, y que se inició con un ataque en la frenada de la 1 a 8 del final. El turco se revolvió y el talaverano no se achantó, metiéndose en un cuerpo a cuerpo en el que tenía mucho más que perder y del que salió en primera posición.
La pelea entre campeón y aspirante favoreció a Rea para intentar unirse a un festival en el que todos iban límite en una pista que sólo tenía grip en un estrecho carril. Lo más sensato para Bautista hubiera sido dejarse caer al tercer puesto, ya que la diferencia de los ‘tres tenores’ era lo suficientemente cómoda para acabar en el podio y ser campeón. Pero en la Panigale no había hueco para la calculadora y sólo el empuje infernal de Razgatlioglu, de vuelta a la cabeza, evitó que Bautista se coronase con una victoria. Valía un podio, que fue un segundo. Un segundo de campeón.
Destrona el español a Razgatlioglu como nuevo rey de las derivadas de la serie y le da el doblete a Ducati, que alcanza el título de MotoGP y Superbike. Un dominio que la temporada pasada fue para Yamaha, con los triunfos de Quartararo y Toprak. Pero este año manda Ducati. Y en el Mundial de Superbike manda un piloto de Talavera de la Reina que está a punto de cumplir 38 años (21 de noviembre), que mide 1,69, pesa 60 kg y que es el más rápido y regular del Mundial. Y por eso es campeón.