Choque de trenes
Verstappen acaba en el hospital tras un toque con Hamilton, que fue sancionado. Aun así ganó Lewis por delante de un enorme Leclerc. Sainz fue sexto y Alonso, séptimo.
Pura emoción durante ocho curvas, con los dos mejores pilotos del momento enzarzándose, rozándose, pasándose de un lado al otro de la trazada. Hamilton salió mejor que Verstappen, pero el neerlandés defendió su pole y mantuvo el liderato desde la primera curva. Se escuchaban los gritos incontenibles del público, 140.000 aficionados bajo un sol picante, pero enmudeció Silverstone de golpe: Max defendía el exterior en la curva nueve, Copse, una de las más rápidas del circuito, cuando le tocó por el interior Lewis, rueda trasera derecha con delantera izquierda.
El impacto mandó al Red Bull directo al muro a muy alta velocidad, más de 250 kilómetros por hora, y el Red Bull golpeó con una violencia de 51G contra las protecciones. Bandera roja, piloto aturdido, trasladado al hospital aunque consciente y entero. Fue un choque de trenes en toda regla que eclipsaría todo lo que sucediera después en una nueva carrera, ya sin Verstappen en la pista. Difícil repartir culpas, no hay blancos y negros, sino grises, pero los comisarios se la echaron al campeón con una penalización de diez segundos. Unas horas más tarde Hamilton ganó la carrera por delante de Leclerc y Bottas, y recortó de golpe 25 puntos a su máximo rival. Peligroso precedente: la maniobra, algo más allá del límite, ha salido rentable en la clasificación.
Resalida con Leclerc al frente
Tras el accidente hubo media hora de parón, mientras se reparaban las protecciones. Después, una nueva salida en parrilla con pole para Leclerc, que había pasado a Bottas antes (como Norris) y también a Lewis, tras el incidente. El genio de Ferrari se marchó en la segunda salida, no se achantó frente a los Mercedes. Vettel pasó a los dos españoles al arrancar, pero se la devolvió Alonso y perdió el control del Aston Martin, él solo. Más tarde abandonaría. Sainz se agarró a la rueda del asturiano y le adelantó sin DRS con un Ferrari crecido. Pero para entonces los McLaren, y su compañero, ya se habían marchado.
A partir de la veintena de vueltas llegaron las paradas en boxes, una para casi todos. Primero Ricciardo, buena. Después Norris, muy mala. Bottas aprovechó para adelantarle por la calle de boxes y hacerse con el tercer puesto. Sainz aguantó en pista con un ritmo de podio que le permitía superar virtualmente al australiano, pero un ‘pit-stop’ terrible que superó los 12 segundos le mandó de nuevo a seguir la estela de su viejo McLaren. Cambió ruedas Hamilton y cumplió su sanción con diez segundos de silencio en el ‘pit-lane’. Hizo lo propio Leclerc, que tenía entonces 13 segundos de ventaja sobre la amenaza de Mercedes.
Pista libre para el campeón
Comenzó entonces una persecución, vuelta rápida tras vuelta rápida, por parte del inglés. No fue bonito que Norris se apartara, sin oposición, en esa carrera hacia la victoria. Tampoco resultó edificante que, a 12 vueltas del final, Bottas recibiera un poco cariñoso mensaje: "Orden de equipo, no luches con Lewis. Intercambio de posiciones en la curva 15". Es cierto que cualquier zozobra en su carrera contra el tiempo hubiera dado alas al Ferrari.
A tres vueltas del final, en pleno tren de doblados y con Leclerc al límite (su motor ya había amenazado con apagones previamente), Sir Lewis le arrancó las pegatinas en la zona rápida. Ferrari estuvo a punto de ganar en Silverstone, en el día menos pensado, un domingo espectacular por parte de otro joven que debería estar jugándose los títulos con los de arriba. Fue segundo, por delante del escudero de Mercedes que pronto dará paso a Russell.
Sexto de Sainz y séptimo de Alonso
Tras ellos, los dos McLaren y un Sainz, sexto, incapaz de adelantar a Ricciardo a pesar del mejor ritmo en su SF21. Es casi imposible adelantar en este circuito cuando dos coches son parejos (hace dos años fue el australiano quien terminó tras Carlos, MCL34 contra Renault). Alonso quedó lejos en tiempo, a 28 segundos, pero cerca en puntos, séptimo, resistiendo al frente del tren del DRS, que es más bien el tren de la bruja. Le persiguieron Stroll y Ocon, que completaron los puntos junto a Tsunoda, pero pasaron por ahí en algún momento Raikkonen o Checo (en una estrategia inexplicable por parte de Red Bull). Fue un precioso domingo de carreras que se recordará siempre como el día que Hamilton y Verstappen tuvieron más que palabras. Y, quizás, como el día que cambió el curso del Mundial 2021.