Hamilton y Verstappen: más presión y más tensiones
El neerlandés defiende a Red Bull por el ‘Caso Pirelli’ y el campeón sospecha de sus prácticas con los los neumáticos: "Hay que estar vigilantes".
La tensión crece, aunque a simple vista Verstappen y Hamilton sepan convivir sin aspavientos en una misma rueda de prensa. Dicen en público que no se cruzan por Mónaco, donde residen, porque viven "en lados opuestos, hay una roca en medio", pero que de vez en cuando se envían "mensajes después de las carreras". Dicen también que los pilotos en general deberían "verse más a menudo", como zanjan los amigos que no esperan encontrarse en años. En privado, el neerlandés siempre ha achacado a Mercedes la mayor parte del éxito de Lewis, y al inglés no le divierte hablar de Mad Max, que es el líder del Mundial con cuatro puntos de ventaja.
Verstappen pudo reforzar su ventaja en Bakú, estuvo a punto de ganar la carrera, y después fue Hamilton quien se quedó a un paso de dar la vuelta a la clasificación. Pero el reventón de Pirelli y el error del campeón, respectivamente, mantienen equilibrado el campeonato ante el primer gran premio de la apretada temporada estival. En Paul Ricard, este fin de semana, se espera un mejor Mercedes y un Red Bull inferior. Pero este año no se han cumplido ni la mitad de las predicciones.
El principal desencuentro entre Verstappen y Hamilton este jueves fue relativo al incidente de los neumáticos. El líder critica abiertamente el comunicado de Pirelli, que acusaba con la boca pequeña a Red Bull por alterar las presiones de las gomas: "No estoy contento. Lo que salió es un poco simple. Mi equipo siguió todas las recomendaciones con las presiones, no entiendo, dicen que no tienen las herramientas para medirlo durante la carrera, pero nosotros les dimos esos datos y eran correctos. Subiremos las presiones este fin de semana, quizás tuviera algo que ver con eso, pero hubiera estado bien saber si fue por las presiones o no".
Hamilton fue ambiguo, y eso ya es una declaración de intenciones: "La seguridad es la primera prioridad y para mí y el equipo está muy claro cómo operamos (con los neumáticos). Me sorprende que sea necesario aclararlo (por parte de la FIA). Lo más importante es que lo van a controlar, hay que estar muy vigilantes para asegurarnos de que sea común en toda la parrilla". "Cuando hay un fallo, siempre suben las presiones, eso quiere decir algo. Han hecho un gran trabajo con los neumáticos este año y no pienso que Pirelli tenga la culpa", sentencia.
Paul Ricard, bueno para Mercedes
Verstappen, de 23 años, es consciente de que un circuito convencional no maximizará la ventaja de Red Bull al calentar los neumáticos. No da por garantizada su ventaja. "La suerte puede cambiar muy rápido y será una temporada larguísima, quedan muchas carreras. Pensaba que iba a ganar en Bakú", afirma. Confiesa, de hecho, que tuvo suerte en Bakú: “Si hubiera chocado por el lado izquierdo, el impacto habría sido enorme”.
Mientas, Hamilton no cree en la suerte como causante de los buenos o malos resultados y niega la presión extra que le pueda generar su nuevo rival: "¿Por mi error en Azerbaiyán? Max ya no estaba en carrera en ese momento. No siento ninguna presión, estoy muy relajado. No todo puede ser perfecto. Fue un error no forzado, para mí un error es chocarse contra el muro o pasarse en la frenada". Diferentes relatos de una misma carrera que terminó con cero puntos por parte de ambos. El pulso sigue, bajo un sol de justicia, en el GP de Francia. De las botas gigantes negras y verdes que calzaba Sir Lewis al llegar a Le Castellet ya se hablará otro día.