"La Fórmula 1 se ha convertido en un club de niños billonarios"
Lewis Hamilton, que se confiesa en AS como un referente antirracista, piensa que "el Gran Circo se ha convertido en un club de niños billonarios".
Lewis Hamilton (Reino Unido, 36 años), el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos según los libros de estadística, dice que cuando pase los últimos días de su vida no recordará las victorias, sino los gestos. Asegura que el deporte que le ha hecho grande es sólo la segunda de sus prioridades. Su figura como referente antirracista eclipsa, por momentos, todo lo que ha conseguido en los años recientes. 100 poles, 98 victorias, siete títulos. Rumbo al octavo que le desempataría para siempre con Michael Schumacher.
En una conversación de 20 minutos con AS en Mónaco, sin más testigos que el equipo de comunicación de su escudería, el gran campeón de Mercedes se expresa antes como ser humano que como leyenda de las carreras. Evita responder sobre los pilotos españoles y pasa por alto la rivalidad frente a Verstappen. Quizás sus silencios también sirvan, en ocasiones, como afirmación. Algunos conocen a Hamilton, este es Lewis.
—Alguna vez, desde que se subió por primera vez a un kart de niño hasta hoy, ¿ha compartido parrilla con otro piloto negro?
—Nunca, no. Ni siquiera he visto a otro. Mi padre, mi hermano y yo siempre éramos las únicas personas de color, era lo normal para nosotros aunque siempre fuimos conscientes. Se volvió normal, claro, aunque al principio era obvio que no éramos bienvenidos. Incluso hoy, es lo mismo. Después del kárting sí coincidí con un par de pilotos chinos o asiáticos. Pero ningún piloto negro. Me di cuenta desde el primer momento en que llegué al circuito de kárting, y me lo recordaron en cada carrera desde que tengo ocho años. Pero sigue pasando ahora, aquí hay un piloto asiático, no hay ninguno negro y tampoco viene por detrás.
—En la NBA o la NFL, el movimiento antirracista se apoya en unas comunidades negras muy numerosas, pero usted está solo aquí. ¿Qué puede hacer para que este deporte cambie?
—Como se ha visto desde el año pasado, se trata de mantener conversaciones incómodas. Cada vez hay más conciencia sobre el problema. En Europa, el racismo es diferente al de Norteamérica pero también está presente de forma notable. Estos últimos meses han sido un periodo de aprendizaje para que mucha gente sea consciente de lo que las personas negras, en particular, experimentan a lo largo de sus vidas. Por cosas como estas, he puesto en marcha una comisión que mostrará todos esos desafíos que la gente negra sufre y posiblemente la gente blanca no. No es cuestión de dividir, nosotros queremos unir a la gente y educar. Si tienes un amigo que pertenece a una minoría, quizás puedas preguntarle a qué clase de dificultades ha tenido que enfrentarse por ser diferente. En mi caso, mantengo conversaciones incómodas con mi jefe, con Mercedes, con patrocinadores, debemos tenerlas y no hay que avergonzarse, sino ver qué podemos hacer entre todos para lograr una F1 más diversa, como cualquier otro negocio. Llevará tiempo, no cambiará de un día para otro, pero todos somos iguales aunque nuestro color de piel sea diferente.
—Dijo al inicio de la temporada que su prioridad esta temporada no era el título, sino luchar por la diversidad. ¿Qué lugar ocupa la F1 entonces en su escala de prioridades?
—El deporte es mi vida, es mi trabajo. Diría que es mi segunda prioridad. No sería capaz de hacer ninguna de las otras cosas sin esta competición. Quiero ayudar a la gente, educarme a mí mismo y animar a todos los que tengo alrededor a que lo sean. Eso me está llevando mucho tiempo, igual que me siento a hablar con quienes gestionan la Fórmula 1 para ver cómo podemos hacerlo mejor, cómo ser más eficientes y diversos en el futuro del automovilismo. Nunca acepto un no por respuesta. Luego, en la carrera sigo teniendo que ser el mejor y eso requiere el mismo tiempo, aunque para mí es divertido, es lo que disfruto desde que soy un niño. Lo otro es un problema, con eso lucho porque no será fácil resolverlo.
—Ganar el octavo título, ¿qué significaría para usted? ¿Qué cambiaría?
—No cambiaría nada. Sé quién soy, de dónde vengo y de lo que soy capaz. No tengo ni idea de si lo voy a ganar, aunque trabajo para lograrlo, pero sin duda no va a cambiar nada importante de mi vida. Los números no son lo que más me preocupa. Me preocupa lo que soy. El año pasado había un tres por ciento de diversidad en este equipo, este año se acercará a un cinco por ciento y eso para mí es gigantesco, y me apasiona. Aunque claro que quiero ganar el Mundial, hay un enorme equipo que trabaja detrás de mí para eso.
—Dice que no le interesan las estadísticas, pero sí le interesa las estadísticas de diversidad…
—Sin duda. Cuando pases los últimos días de vida en la Tierra, ¿con qué te vas a quedar? En mi caso, será con haber ayudado a la gente. No hay mejor sentimiento que ayudar a otra persona a que cumpla sus sueños. Y si es a más de una persona, puedes descansar en paz porque has hecho algo con tu tiempo. Yo he conseguido muchas cosas, pero ahora toda mi concentración se va hacia ayudar a los demás. Estoy viviendo un sueño, no necesito nada para mí, pero ¿cómo puedo ayudar a un niño que quiere ser ingeniero o piloto?
—De vuelta a la temporada 2021, ¿qué tal lo está pasando contra Max (Verstappen) y Red Bull?
—Me encanta la pelea, soy un deportista, vivo para esto desde que tengo ocho años. No hay nada más grande que esto para mí.
—¿Es Verstappen su sucesor natural? ¿Cree que lo habrá?
—No lo sé. Hay un buen grupo de talentos jóvenes aquí. Si se les da la oportunidad, Lando (Norris) para mí tiene un enorme potencial, y también Charles (Leclerc). No sé predecir quién de ellos liderará este deporte.
—¿Qué le parece esta generación de pilotos? Sainz, Norris, Leclerc…
—No sé si importa mucho lo que yo pienso, no sé si puedo juzgar si es una buena o mala generación. Siempre hay pilotos que llegan, en mi caso lo hice con Nico (Rosberg) y Kubica, justo antes estaba Alonso, la era de Schumacher… siempre habrá una era. Para mí, personalmente, vivimos en un tiempo en el que esto se ha convertido en un club de niños billonarios. Si tuviera que volver a empezar desde una familia de clase trabajadora, sería imposible que hoy estuviera aquí. Porque los otros chicos tendrían muchísimo más dinero. Tenemos que trabajar para cambiar eso y que este sea un deporte accesible, para ricos y para personas con un origen más humilde.
—Hace pocos días, decía Fernando Alonso que usted se merece todo el crédito, que ha ganado cuando el Mercedes era muy fuerte, pero también está ganando cuando hay otro coche al mismo nivel. ¿Siente que se ha puesto fin al debate sobre el peso de Mercedes en sus victorias?
—No lo sé, no vivo para ver todas las cosas que se dicen y no soy muy consciente de todo eso, aunque sí sé de esa clase de comentarios. Siempre hay una excusa cuando el que gana es otro. La gente siempre encontrará una manera de minimizar el éxito, así que no le dedico tiempo, sé cuánto he tenido que trabajar para estar fuerte, no cometer errores, extraer cada oportunidad que he tenido y nadie me lo puede quitar. Con más batallas rueda a rueda, espero tener más oportunidades para demostrarlo, que la gente vea de lo que soy capaz. Seguiré luchando y compitiendo, espero que todos vean más de mí.
—¿Le interesa el cambio de reglas del futuro de la F1?
—Le he echado un vistazo, si estás en la F1, tienes que comprender la tecnología que hay en marcha, las complicaciones del techo presupuestario, lo difícil que será desarrollar a partir de ahora… Por ejemplo, hice un test de neumáticos con 18 pulgadas para conocer cuál es la diferencia, cómo me va a afectar como piloto a la hora de llevar el coche el año que viene. Los coches serán más pesados y más lentos, y eso me parece un paso atrás. Deberíamos ser más rápidos y eficientes, estos coches fueron mejores cuando eran más ligeros. Pero los que mandan han tomado esas decisiones y no queda otra cosa que asumirlo.
—¿Seguirá corriendo cuando tenga 41 años, como Kimi Raikkonen?
—Creo que no. (Acaba contrato a final de año). No pienso que vaya a pilotar para siempre, aunque este haya sido el mayor viaje de mi vida. Hay muchas cosas que quiero seguir haciendo de una temporada, pero otras no. Me quedarían cinco años para eso, y no pienso que vaya a seguir corriendo entonces, aunque nunca digas nunca…
—¿Se arrepentirá de no haber competido para otros equipos de renombre en la F1, en particular Ferrari?
—No vivo con arrepentimientos. Cometo errores y veo lo que podría haber hecho diferente, pero no pienso si podía haber hecho algo en un sitio u otro. Prefiero llegar al equipo perdedor, cuando llegué a Mercedes eran los quintos en el Mundial de constructores y empezamos desde la humildad. Al contrario, los equipos top tienen todos los récords y éxitos, así que las victorias allí tienen un significado inferior.
—¿Cree que le va a interesar la F1 cuando deje de pilotar?
—Siempre lo seguiré de cerca, ha sido mi mayor pasión y un privilegio formar parte de este deporte. Supongo que cuando lo deje, inmediatamente, no veré muchas carreras porque querré tomarme un descanso. Pero al final voy a querer volver a verlo, porque me encanta. Además, pienso que, por mi papel en este deporte para impulsar la diversidad, hará falta mucho tiempo antes de ver cambios drásticos, quizás en diez o veinte años. Tendré que hablar con gente como Stefano Domenicali (CEO de la Fórmula 1).
—Gracias y buena suerte.
—Muchas gracias.