Sainz se pega a Verstappen
El madrileño, sexto en los libres de Monza. McLaren puede luchar por el top-3 en clasificación. Hamilton manda en Italia con dos décimas sobre Bottas.
No hace falta un trébol de cuatro hojas para romper la mala racha de resultados de Carlos Sainz, basta con que los factores externos respeten las tandas del madrileño y la próxima carrera sea limpia. La clasificación del Mundial no hace justicia con problemas en cinco carreras de siete (es 11º, suma la mitad de puntos que Albon, Leclerc o Norris) pero aún hay tiempo, más de media temporada por delante, y en Monza el McLaren está donde debe estar: pegado a los Red Bull y a la caza del top-3 en clasificación. Sainz fue sexto, a dos décimas de Gasly (Alpha Tauri) y una de Verstappen, y Lando Norris firmó el tercer registro con el otro MCL35.
Hay tres ingredientes para el optimismo en esta ecuación: el segundo coche energético siempre exprime el motor desde el viernes, Red Bull no sube al podio desde 2013 en este trazado de pura potencia y Sainz hizo su vuelta sin el rebufo imprescindible. El panorama es interesante, a la espera de que Racing Point y Renault progresen. Contra Norris juegan los tempos de su vuelta: la dio al final de la sesión, con mucha más goma en la pista, porque tuvo problemas al inicio.
Hamilton, muy cómodo delante de Bottas
Lewis Hamilton fue el más rápido con dos décimas de rigor sobre Valtteri Bottas y un segundo sobre todos los demás. En 2019 había tres coches, una distancia insalvable y el resto de la parrilla. Ahora hay un coche, el mismo desierto y todos los demás. La culpa, que nadie se engañe, es de Ferrari por incomparecencia y Red Bull por complacencia. Pero la fiesta de Mercedes variará muy poco este sábado sin el modo de máxima potencia en clasificación y bastante tienen los de Milton Keynes con resolver sus problemas internos: Alex Albon, compañero de Verstappen, terminó fuera del top-10 y Gasly sigue haciendo méritos para recuperar ese volante. Max fue cuarto, tuvo un accidente por la mañana y su vuelta de Q3 tendrá que ser perfecta para que Ricciardo, Sainz o Norris no se cuelen en el camino hacia el podio fácil que suele frecuentar. Pérez acabó décimo con el RP20. Igualmente, se espera muchó más de Renault.
En el Autódromo se puede adelantar, por eso la clasificación no será determinante si el ritmo de carrera permite marcar diferencias. En cualquier caso, la clasificación amenaza con convertirse en una jungla similar a la de hace una temporada, cuando ocho coches se quedaron sin completar un segundo intento en la Q3 porque nadie quería tirar del grupo con aire limpio, sin aspiraciones. El efecto del rebufo es fundamental en un circuito sencillo, de rectas y chicanes, pero cargado de simbolismo e historia desde las Variantes a la Parabólica.
La tribuna de Monza lucirá repleta de enormes emblemas ferraristas, los tifosi se quedarán en la puerta aplaudiendo a todos los coches que crucen la entrada del Parco di Monza. Reconocerán a Leclerc o Vettel y les aplaudirán, aunque el Ferrari SF1000 siga siendo irreconocible en el asfalto. Viniendo de Spa, que Leclerc entrase en el top-10 y Vettel se acercase tanto se puede identificar como brotes verdes, pero conviene no olvidar que hace un año el monegasco resistió al Hamilton más agresivo, conquistó el GP de Italia y alentó la invasión de pista más entusiasta de la última década. La lamentable crisis de Maranello impedirá lo primero y el coronavirus, lo segundo.