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FÓRMULA 1

Renault tiene problemas más grandes que la Fórmula 1

El ministro de Economía francés avisa de que el fabricante "puede desaparecer" sin el préstamo de 5.000 millones. El equipo de F1 aguanta y tantean a Alonso.

Nico Hulkenberg (Renault RS19). Mónaco, F1 2019.
Eric Alonso/MB Media

El mercado de coches nuevos en Europa cayó un 76,3% en abril y la parálisis económica durante la pandemia afecta de lleno al sector de la automoción. No se libra Renault, renqueante durante los últimos ejercicios desde la detención y posterior fuga de su expresidente, Carlos Ghosn. El Estado francés, propietario de un 15% del grupo, ofrece al fabricante un préstamo de 5.000 millones de euros para aliviar sus finanzas, pero las últimas declaraciones del ministro local de Economía, Bruno Le Maire, han hecho temblar a la industria: "Renault puede desaparecer".

No obstante, conviene contextualizar esa afirmación: recientemente se intensificó el rumor de que Renault planeaba cerrar plantas en Francia para ahorrar 2.000 millones (según el semanario satírico Le Canard Enchaîne) y Le Maire pone condiciones al préstamo dejando entrever cierta presión: "Todavía no lo he firmado. Pedimos que asuman tres direcciones: el vehículo eléctrico, el respeto de sus subcontratas y la localización en Francia de sus actividades más avanzadas".

Renault y su continuidad en la Fórmula 1

¿Está en peligro el futuro del equipo de F1 de Renault? Tanto como cualquier otro constructor en un contexto de crisis económica e incertidumbre, quizás algo más que el resto por su vinculación directa a un fabricante de automóviles, pero hay que esperar antes de extraer conclusiones precipitadas. Desde luego, no más que Mercedes. Cyril Abiteboul, máximo responsable del proyecto, está harto de responder a la misma pregunta desde hace meses y niega un adiós. Asegura que "las ambiciones y estrategias de la escudería permanecen intactas".

Ellos cuentan con dos sedes, Enstone y Viry-Chatillon, ninguna amenazada de cierre. Según confirman fuentes que están al tanto de las cifras, el presupuesto de Renault en la F1 ronda los 250 millones de euros. Sus ingresos procedentes del reparto de premios de la FIA no llegan a 70 millones así que el balance lo completan con la inversión interna desde Francia, en clave de márketing, aunque también recaudan de su patrocinador principal, la logística saudí DP, y de otros sponsors como Mapfre, Microsoft y BP Castrol. Otros anunciantes que ocupan su carrocería son marcas propias de Renault (Infinity o la financiera RCi) que justifican la aportación de la matriz. Como suministrador de motores, cada cliente abona entre 20 y 30 millones de euros anuales, el problema es que en el último lustro se han marchado Williams, Red Bull y Toro Rosso y el próximo año lo hará McLaren, así que sólo el equipo oficial utilizará las unidades de potencia.

En busca de rendimiento y resultados

Deportivamente, el equipo de carreras está en proceso de reconstrucción tras el paso atrás de 2019, pero aspiran a acercarse a los tres grandes con un nuevo director técnico, Pat Fry (ex de McLaren y Ferrari) y varios nombramientos en el área de aerodinámica. Han perdido a Daniel Ricciardo y necesitan a un piloto que lidere desde la pista junto al francés Esteban Ocon, de 23 años, y por eso se han interesado por Fernando Alonso y Sebastian Vettel. En los últimos días se ha informado de que Valtteri Bottas, a través de sus representantes, ha preguntado por ese volante. El mercado se mueve en torno al coche amarillo, el RS21, y eso ya es un buen síntoma.

El proyecto necesita un envoltorio bonito porque debe convencer a los directivos en un periodo convulso (los cierres en Nissan, socio de Renault, pueden afectar a 20.000 empleados, informa Bloomberg), pero la FIA ha puesto todo de su parte para evitar por ahora la salida de fabricantes: los coches de 2020 se utilizarán el año que viene, casi intactos, para contener el gasto a corto plazo; y en 2021 se implementará un techo presupuestario de 145 millones de dólares muy inferior a las cuentas actuales de Renault. En 2022 llegan las nuevas reglas, que deben comprimir la parrilla y pueden arrojar un nuevo escenario competitivo. La F1 puede parecer un gasto frívolo si los recortes son estructurales en todos los departamentos de Renault, pero por ahora el equipo sigue en marcha. Y, según se desprende de sus movimientos, busca piloto.