El genio era Sainz: un triplete de dakares para la historia
El madrileño hizo valer sus diez minutos de ventaja perdiendo sólo cuatro con Al Attiyah para certificar que es el mejor en Arabia. Alonso, 13º en su debut.
Podía haber pasado perfectamente la Navidad junto a los suyos, disfrutar del calor de su casa en esas festivas fechas, de abrir los regalos de Reyes todos juntos como hace cualquier hombre normal de 57 años. Pero Carlos Sainz no es un hombre normal de 57 años… Es un piloto, y de los grandes, y lo será siempre. No tiene que demostrar nada más en su vida, pero se lo pasa como nadie con un volante entre las manos y un desierto por delante al que enfrentarse, sobre todo cuando lo hace mejor que los demás. Como ahora.
Sí, apúntenlo bien porque es algo para la historia: Sainz gana su tercer Rally Dakar. 2010 con Volkswagen, 2018 con Peugeot y 2020 con Mini. Un triplete de ensueño solo al alcance de los elegidos con el que el madrileño vuelve a subir el listón para aquellos que quieran intentar la osadía de imponerse en el rally más duro del mundo con mayor edad que él. Ya toca dejar la prudencia a un lado, esa que mostró desde el día uno pese a irle todo rodado, y celebrar la nueva gesta que dejará escrita en su historia junto a su inseparable Lucas Cruz. Una historia de leyenda.
Diez minutos suponían una ventaja incómoda pero suficiente si se administraba bien, y Carlos lo hizo a la perfección desde su tercera posición de salida y con la 'ayuda' de tener un último día con menos kilómetros de los previstos inicialmente. Peterhansel y Al Attiyah fueron los que comenzaron el viernes por delante de él, buscando la machada. Pronto se vio que la del francés, abriendo pista, no tendría mucho recorrido. Se dejaba tres minutos y medio con el qatarí, que fue como ha ido en todo este Dakar, al límite, y obtuvo el mismo resultado…
Ganó por fin su primera etapa en este rally que corre en el país vecino, pero le valió para poco más que para no irse de vacío. Recortó algo la distancia con Sainz pero, por fortuna, no lo suficiente: 1h 17:30 para Nasser y 1h 21:26 para Carlos. Prácticamente cuatro minutos de diferencia que dejaron como ganador al de Mini con seis en la general. Al menos, Al Attiyah se quedó con la segunda posición de la general, algo que seguro no le sirve de consuelo. Un año después de ganar él, claudica ante el nuevo rey del desierto. El primero de Arabia.
El primer Dakar de Arabia, y de su vida, lo acabó Alonso de nuevo en el grupo de cabeza y muy cerca de repetir un Top 3 de etapa, a 3:25 del Toyota Hilux de su compañero, al que llegó a acercarse a 25 segundos en los primeros 69 km de la especial de 167. Luego, pinchó y un Nasser desatado se le escapó, y también le superaron Bin Seaidan y Terranova. Da igual, seguro que fue un final que le dejó un buen sabor de boca. Logró su principal objetivo en su estreno en el gran desafío de los raids, acabarlo, algo por lo que muchos no apostaban…
Lo hizo 13º en la general a menos de cinco horas de su amigo campeón, pero lo que cuenta son las experiencias que se lleva, las malas (las dos horas y media del segundo día y el vuelco) y las buenas (su enorme competitividad en varias jornadas llegando a quedar segunda en una). A lo que sí pueden apostar, y no fallarán, es a que este solo ha sido el principio de su relación con el Dakar. Una relación que ha mejorado todavía más para el tercer mejor español: Óscar Fuertes con el SsangYong.
Logró su objetivo de acabar en el Top 25 y aparecer en la lista nacional justo detrás de Sainz y Alonso, un privilegio. Roma fue 27º con su nuevo proyecto de Borgward, Calleja acabó su primer Dakar cerrando el Top 30 y Cristina Gutiérrez fue 42ª, peor que en las dos ediciones anteriores pero haciendo pleno en meta (4 de 4). Así acaba la aventura por el desierto árabe, esa que empezó al son de la melodía de Aladdin. Pero el genio de esta historia no estaba encerrado en una lámpara, el genio era Sainz. Siempre lo fue.