Cinco Mercedes y un McLaren
Lewis Hamilton se reúne con los seis coches campeones del mundo que ha pilotado. "Mi sueño era el coche de Senna, rojo y blanco", subraya.
Mercedes preparó un encuentro para Lewis Hamilton con sus seis coches campeones del mundo en la sede de Brackley. Cinco 'flechas de plata' y un McLaren, el viejo MP4/23 con el que ganó su primer Mundial en 2008. "Es uno de los Fórmula 1 más bonitos y elegantes que han existido. Y es realmente pequeño si se compara con los coches que compiten actualmente", dice el británico, de 34 años, sobre el monoplaza de Woking que le llevó a la gloria. Mientras admira sus formas deja una reflexión: "Mi sueño era el coche de Senna con los colores rojo y blanco de Marlboro".
La Fórmula 1 encara su parón invernal con las fábricas funcionando a pleno rendimiento y con un rumor por encima del resto, el que Ferrari aireó sobre sus conversaciones con Hamilton. Quienes apelan al sueño de ganar de rojo tienen ahí una respuesta sobre los verdaderos sueños de Hamilton en la Fórmula 1. De hecho, en una conversación con AS, el seis veces campeón aclara que no tiene "ningún sueño por cumplir en la F1, sólo objetivos". "En la percepción de la gente parece que el equipo construye el coche y el piloto se sube y ya está. Quizás suceda en algunos equipos, pero en Mercedes no funciona así. Y soy feliz siendo parte de este proceso", subraya.
Ahora la pelota está en el tejado de Mercedes, que deberá negociar con Lewis el próximo contrato y aclarar su plan de futuro en la Fórmula 1 bajo su nueva cúpula. Porque la prioridad de Lewis parece clara si su actual equipo sigue en el Gran Circo, pero hay más dudas si Mercedes se marcha a medio plazo. "Trabajo con un grupo de gente increíble y hemos tenido éxito como equipo. Tu sólo no puedes hacer nada, necesitas rodearte de buena gente. El trabajo en equipo logra los sueños", añade el británico en el vídeo que publicó su escudería con la serie campeona de Brackley, cinco monoplazas con los que Lewis ha ganado los mismos títulos y 52 carreras. Un baño de plata... que oscurece, por ahora, cualquier sueño de rojo.