NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

MOTOGP

Los problemas de Yamaha no están sólo en el motor

Valentino Rossi señala la velocidad punta como factor clave pero la M1, en 2015 cuando ganó el Mundial, también poseía la punta más baja: 318,81 km/h.

Yamaha no sólo falla en el motor.
GIGI SOLDANO

Hay que remontarse hasta el 8 de noviembre de 2015. Era domingo y también el último día de Jorge Lorenzo como miembro de Yamaha, escudería de la que se despidió ganando su quinto título Mundial. Honda estaba desaparecida, Ducati todavía no se había convertido en una gran amenaza y la M1 había logrado 11 de las 18 victorias que había en juego esa temporada. La montura japonesa era la más competitiva de todo el paddock y también... la moto con menos velocidad punta de la parrilla, exactamente igual que esta temporada.

Después de las diez primeras carreras de 2015 la M1 contaba de media con una velocidad punta de 318,8 km/h, por los 317,8 km/h que ha registrado durante la primera mitad de este curso. La cifra se ha reducido, sí, pero también lo ha hecho la de Ducati hasta los 322,9 km/h y la de Honda hasta los 321,3 km/h. Pese al descenso de todas las marcas, sigue siendo evidente que la montura de Valentino Rossi y Maverick Viñales se mantiene por detrás de sus principales rivales, pero los números demuestran como los diapasones siempre adolecieron de eso. Y no se puede culpar al motor como el causante de todos sus males.

YamahaHondaDucati
2015318,81 km/h322,44 km/h323,61 km/h
2019317,83 km/h321,44 km/h322,94 km/h

Quizás la M1 haya perdido últimamente otras cualidades que le hacían una gran moto. Quizás Yamaha haya perdido a un piloto que lograba configurarla a la perfección. Quizás los japoneses hayan perdido el rumbo desde que se introdujo la centralita única hace tres años. Quizás, quizás, quizás… Lo que es seguro es que esta montura, la menos radical de toda la parrilla, comenzó a abrir la brecha que hay entre la estructura oficial y el resto de oficiales desde un 2016 camuflado que, a partir de 2017, sacó a relucir los problemas del equipo.

"La electrónica es lo que nos hizo daño de verdad. Digamos que perdimos el camino cuando Lorenzo se fue, pero no porque él se fuera. Lo que realmente nos hizo daño fue la introducción de la centralita única", dijo Lin Jarvis, director de Yamaha a Motorsport. Subestimaron el efecto que tendría el cambio en la electrónica y pese a que Rossi aseguró que en Yamaha "los chasis son muy buenos y los de motores, un poco menos", el equipo, en esos apartados, no funciona mal. Pero, pese a que cuando comenzaron los problemas buscaron soluciones, "necesitamos más". Ya lo dijo Valentino.

En Yamaha se ha perdido la perspectiva. A nadie le gusta decir que no sabe cómo solucionar un problema, pero la realidad es que a los japoneses se le ha atragantado la electrónica desde la llegada de la ECU en 2016. Tan simple como complejo. Porque a partir de ese detalle, viene todo lo demás. Cambiaron la respuesta del motor con una nueva gestión de potencia que suavizaba la entrega, seguían sin encontrar tracción. Cambiaron el chasis para beneficiar los estilos de dos pilotos completamente diferentes y seguían sin encontrar la velocidad. Y ahora que llega 2020, siguen haciendo cambios sin encontrar soluciones. Porque, el motor, no es su único problema.