FÓRMULA 1

Alonso cumple 300 grandes premios cerca del adiós

El asturiano cumple la cifra este fin de semana en Canadá con la vista puesta en un futuro lejos del deporte que le hizo grande.

Montreal
VALDRIN XHEMAJEFE

Intentando que llegue el sueño, Fernando Alonso animaba la estrella inmensa de LeBron James en el imposible de ganar el juego coral de los Warriors. Un hotel de Montreal, pleno downtown de la ciudad canadiense, otro más… Pero este fin de semana no es uno cualquiera, cumple 300 grandes premios en el Mundial de Fórmula 1. El asturiano llegó rodeado de amigos para celebrar una cifra que parecía una utopía para un chaval asturiano, hijo de una dependienta de El Corte Inglés y un técnico en explosivos, sin más apoyo que el de su familia y su talento. Después fueron pasando cosas, en esa escalera de la vida que todos tenemos, algunos con todos los escalones, otros con las baldosas rotas… y aparecieron por allí unos cuantos con ganas de hacer brillar la piedra de colores.

En el camino campeón del mundo de kárting, Open Nissan y aquella carrera de F3000 en Spa hasta que el 13 de diciembre de 1999 se subió a un coche de Fórmula 1 por primera vez en Jerez. “Aquí me va a costar ser el jefe”, dicen que dijo los que cuentan. Pero llegaron las ofertas Prost con Ferrari en el horizonte, Minardi con Renault y un tal Briatore por otro lado. Y en 2001 el primer gran premio, 19 en parrilla, 12 en carrera con un coche que fueron terminando durante aquel gran premio en Melbourne. “No lucho contra los pilotos, sino contra los coches”, dijo ya entonces. Tenía 19 años. Ahora con 36 echa la vista atrás con la nostalgia del que ganó y ahora no puede hacerlo, pero también con la satisfacción del deber cumplido y el orgullo de haberse convertido en uno de los mejores deportistas españoles de la historia y uno de los más grandes pilotos de Fórmula 1 de siempre.

Fernando llega a su gran premio 300 con 32 victorias, 22 poles, 97 podios, 1.881 puntos, dos títulos mundiales y tres subcampeonatos, unos números increíbles para un español que descubrió un deporte a todo el país y logró el milagro de poner ante la tele a millones para verle luchar contra Schumacher, Raikkonen, Hamilton o Vettel, pero también un deportista del que siempre quedará el amargor de lo que pudo ser y no fue. “Estoy contento de lo que he vivido, aunque siempre quieres vivir más cosas y hacer más cosas”, nos decía este año. Y es que si dos o tres momentos no se hubiera producido y dos o tres cosas hubieran pasado estaríamos hablando de unos números cercanos a Schumacher, pero con el prestigio de Senna.

Ahora, Alonso sigue luchando, pero está lejos del lugar al que pertenece. Su último triunfo fue en España 2013 y su recuerdo final de un podio corresponde a Hungría 2014. En estos momentos mira más allá de la Fórmula 1 y mucho debe cambiar todo para que el próximo año siga en el Mundial. “Todo llegará y te llamará, seguir o dejarlo”, decía a este diario a principios de año. Lo cierto es que Fernando se marchará tras la carrera de Montreal volando a Le Mans donde la próxima semana espera ganar las 24 Horas y reencontrarse con la leyenda.

Ahora más mayor y más sabio sabe que podría haber hecho las cosas de otra manera, pero entonces sería otro y eso no lo quiere. Tampoco los que tanto disfrutaron con San Marino 2005, Hugría 2006, Mónaco 2007, Japón 2008, Singapur 2010, Valencia 2012, Hungría 2014 o incluso Bakú 2018, momentos inolvidables de la carrera de un piloto que conoció Renault, McLaren y Ferrari… Michelin y Pirelli… los motores V8, V10, híbridos… que fue capaz de batir a Schumacher y casi hacer el milagro contra Newey, perdón Vettel, pero sobre todo alguien que estuvo siempre por encima de lo que tuvo en sus manos, que hizo grande este deporte y se hizo grande con la F1, aunque ahora ande decepcionado con la Fórmula y su futuro esté en otros deportes que le devuelvan la felicidad de la victoria.

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